Hace unos días, escuchando la intervención de un político en el Congreso de los Diputados, me llamó la atención cuando dijo que este gobierno es una aporía. Obviamente, un porcentaje elevadísimo de los que allí estaban no entendieron nada, lo que tampoco es tan extraño, por cierto.
En hablarydecir no entramos nunca expresamente en los postulados políticos, aunque sí lo hacemos tangencialmente y, de vez en cuando, los utilizamos para retratar barbaridades. Hoy nos limitamos a analizar la palabra aporía.
Aporía. Significado y usos
Aporía es un término que proviene del griego antiguo. Exactamente, deriva de la palabra ἀπορία, que se traduce como dificultad para el paso y se forma a partir de la partícula negativa o privativa α y la palabra πόρος, que significa pasaje. Por lo tanto, aporía puede interpretarse como la ausencia de un camino o una ruta clara.
El diccionario oficial señala que es un enunciado que expresa o que contiene una inviabilidad de orden racional. Se trata, por tanto, de un término filosófico que se utiliza para describir los razonamientos en los que surgen contradicciones o paradojas que parecen irresolubles. Estas contradicciones se presentan como dificultades lógicas, y suelen ser de naturaleza especulativa.
La aporía se utiliza para transmitir incertidumbre o asombro sobre lo que debemos decir o hacer. En la actualidad, la aporía se refiere a la imposibilidad de resolver un problema si se comienza a partir de ciertas premisas. Y con esta visión se comprende muy bien lo que el diputado quería advertir.
Curiosidades y ejemplos
La aporía ha sido un recurso en la filosofía y la retórica desde los tiempos de Platón y Sócrates. Estos filósofos la utilizaban como un ejercicio para iniciar debates y ejercicios dialécticos. Un ejemplo de aporía es la paradoja de Aquiles y la tortuga propuesta por el filósofo griego Zenón. Así, decía, el movimiento es una ilusión y es simplemente la suma infinita de estados de reposo.
En la obra del filósofo francés Jean-François Lyotard, lo sublime apunta a una aporía de la razón: indica el límite de nuestras capacidades conceptuales y revela la multiplicidad e inestabilidad del mundo posmoderno.
La aporía también tiene una presencia notable en la literatura y el cine, donde a menudo se utiliza como recurso literario y artístico para generar intriga, sorpresa y reflexión en los lectores y espectadores. Al introducir situaciones aporéticas en sus obras, se crean tramas complejas y personajes que desafían las expectativas del público.