En Dudas razonables (o no) abordamos una pregunta que, aunque parece sencilla: ¿se dice banca rota o bancarrota? La respuesta es clara en el uso actual, pero un estudio siempre se merece.
Etimología: del banco roto a la bancarrota
Bancarrota proviene del italiano banca rotta, textualmente banco roto. En la Italia del siglo XV y XVI, los cambistas y prestamistas realizaban sus operaciones sentados en bancos de madera en las plazas de las ciudades. Cuando uno de ellos caía en insolvencia y no podía responder a sus deudas, la costumbre era que las autoridades rompieran públicamente su banco, señalando así su fracaso y deshonra ante la comunidad.
Este gesto no solo lo apartaba del negocio, sino que alertaba a todos de su falta de solvencia o, en ocasiones, de su mala fe. Así, el banco roto se convirtió en símbolo y prueba de la ruina financiera del comerciante. La expresión italiana banca rotta pasó al español como bancarrota, y de ahí a otros idiomas europeos.
Significado y usos actuales
En el español contemporáneo, bancarrota es el término normativo y universalmente aceptado para designar la situación en la que una persona, empresa o institución no puede hacer frente a sus pagos porque sus deudas superan sus recursos. Es, por tanto, sinónimo de quiebra, aunque en algunos contextos jurídicos pueden existir matices entre ambos términos.
La forma banca rota ha quedado relegada al ámbito etimológico o anecdótico. No se emplea en el lenguaje jurídico, económico ni en la prensa actual. Si bien es interesante recordar su origen, escribir o decir banca rota hoy sería considerado un error.
Curiosidades
La bancarrota no solo era una cuestión financiera, sino también social y moral. El comerciante insolvente era públicamente señalado y perdía su herramienta de trabajo y su reputación. En algunos casos, se sospechaba incluso de fraude o mala gestión, lo que añadía un componente de deshonra personal y profesional.
La palabra saltó a distintos idiomas europeos, adaptándose a las realidades comerciales de cada país, pero siempre manteniendo ese trasfondo de ruina y exclusión social. En la actualidad, aunque la bancarrota sigue siendo una situación temida, el proceso es mucho más regulado y menos humillante, al menos en términos públicos.
Bancarrota. Corolario
En resumen, la forma correcta es bancarrota, con una sola palabra y doble r. Su origen es tan gráfico como memorable: un banco roto en la plaza, símbolo de la insolvencia y la pérdida de confianza.