Slawomir Mrozek (1930-2013)
Texto completo de Carta para Suecia
Distinguido señor Nobel:
Solicito humildemente que me sea concedido el premio que lleva su nombre.
Mis motivos son los siguientes:
Trabajo como contable en una oficina estatal y, en el ejercicio de mis funciones, he escrito unos cuantos libros, a saber: el Libro de entradas y salidas, el Libro de balances y el Libro mayor. Además, en colaboración con el almacenero, he escrito una novela fantástica titulada Inventario.
Creo que le gustarían porque son libros escritos con imaginación y tienen mucha gracia (son auténticas sátiras). Si deseara leerlos, podría prestárselos, aunque por poco tiempo, porque están muy solicitados. Quien tiene más interés es el inspector de Hacienda, ya puedo oír su voz en el despacho de al lado.
Hablando del inspector, preveo que tendré ciertos gastos porque me temo que los libros no van a ser de su agrado. Precisamente le escribo a usted esta carta para que el premio me permita sufragarlos. Por favor, mande el giro a mi domicilio. Dejaré una autorización a nombre de mi mujer, por si yo no estuviera ya en casa el día que venga el cartero. En tal caso, el dinero servirá para pagar al abogado o… Espere un momento, señor Nobel, acaba de entrar el inspector.
Ya se ha marchado. ¿Sabe qué le digo, señor Nobel? Mándeme mejor dos premios. No tiene usted idea de cómo se han disparado los precios.
Sobre Mrozek
Slawomir Mrozek, dramaturgo, escritor y dibujante polaco, se unió al Partido Obrero Unificado Polaco durante el reinado del estalinismo en la República Popular de Polonia y trabajó como periodista político. Sin embargo, a pesar de su afiliación inicial, Mrozek fue un crítico constante del comunismo estatal.
En 1963 emigró a Italia y Francia y luego a México y se mostró crítico con el régimen comunista polaco. Más tarde, también protestó públicamente contra la invasión del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia en 1968.
Su obra
La obra de Mrozek se reconoce por su agudo sentido del humor y su habilidad para satirizar la sociedad y la política. Aunque vivió durante el régimen comunista en Polonia, Mrozek nunca temió criticar al gobierno y a la sociedad en sus obras. Sus cuentos y obras de teatro a menudo presentan situaciones absurdas y personajes caricaturescos, pero siempre con un trasfondo de crítica social y política. A través de su escritura, Mrozek desafió las normas sociales y políticas y alentó a sus lectores a hacer lo mismo. Su valentía y su compromiso con la verdad hacen de su obra un testimonio importante de la resistencia intelectual durante el régimen comunista.
Aunque sus historias a menudo presentan situaciones absurdas y personajes caricaturescos, siempre están arraigadas en la realidad de la vida bajo el régimen comunista. A través de su escritura, Mrozek muestra esa esencia, lo que podría verse como un reflejo de la importancia de la realidad de las cosas en su obra.
Tango (1964), Los emigrados (1974), El embajador (1981), El pequeño verano (2004), La vida para principiantes (2013) y su autobiografía Baltasar (2014) son algunas de sus obras más relevantes.
Sobre Carta para Suecia
Este cuento es un ejemplo del humor punzante y la ironía que caracterizan la obra de Slawomir Mrozek. Así, aquí muestra una realidad claveteada por los contrasentidos y el absurdo.
Carta para Suecia es un ejemplo brillante del estilo característico de Mrozek, que combina el humor y la sátira para comentar sobre la sociedad y la política. El protagonista, un contable de una oficina estatal, solicita el premio Nobel de una manera que parece absurda a primera vista. Sin embargo, al leer entre líneas, podemos ver que Mrozek está utilizando esta situación para criticar la burocracia y la falta de creatividad en la sociedad estalinista. La ironía de que un contable crea que sus libros de contabilidad merecen un premio Nobel es un comentario mordaz sobre la falta de valor que se da a la verdadera creatividad y pensamiento original en esta sociedad.
También podría interpretarse que el personaje, a través de sus libros de contabilidad, está capturando la realidad de la vida en su sociedad. Aunque estos libros pueden parecer mundanos o incluso aburridos para algunos, para él representan la esencia de su existencia y por lo tanto, en su opinión, son dignos de reconocimiento.
Y, claro, en hablarydecir somos firmes defensores de que uno de los aspectos maravillosos de la literatura, es que cada lector tenga su propia interpretación.