Exordio
Aunque vamos a tratar del chándal en conjunto, permítanme hacer un comentario sobre una de sus partes: lo que antes se llamaba parte de arriba o chaquetilla y ahora se dice sudadera. ¿Quién se inventó esa denominación tan horrible? ¿No les invade un mal olor agrio cuando escuchan esa palabra? ¿No les llega el tufo a una sudoración intensa y pegajosa?
Chándal. Etimología
Aquí viene la primera sorpresa. Proviene de la palabra francesa chandail, que es una abreviatura popular de marchand d’ail, que significa vendedor de ajos. Sí, lo que leen: vendedor de ajos. Esta palabra se usaba en el mercado de Les Halles de París para referirse a los trabajadores del mercado de verduras y, por metonimia, al jersey que llevaban, grueso y resistente para protegerse del frío mientras trabajaban al aire libre.
Con el tiempo, el término chandail comenzó a asociarse más con la prenda de vestir que con los vendedores. En español, la palabra se adaptó a chándal y pasó a referirse no solo al jersey, sino al conjunto completo de ropa deportiva que incluye una chaqueta y un pantalón, generalmente hechos de materiales cómodos y flexibles.
El chándal se popularizó como ropa deportiva y de ocio debido a su comodidad y funcionalidad. Hoy en día es una prenda común en muchos armarios. Como dirían Alaska y los Pegamoides, horror en el hipermercado…
Significado
Es innecesario señalarlo pero el diccionario oficial de la RAE lo define como Ropa deportiva que consta de un pantalón y una chaqueta o jersey amplios. Quizá solo pueda añadirse lo ya comentado: ahora a la parte superior se le denomina sudadera. Esperemos que no inventen nada sobre la inferior porque podría ser espeluznante…
Chándal. Evolución
Fue desarrollado originalmente para actividades deportivas, pero debido a su ligereza y comodidad, rápidamente se convirtió en una prenda de uso casi universal.
Los pantalones de chándal surgieron originalmente en la década de 1920 como una prenda de deporte para atletas y entrenadores de atletismo. Eran de tela de algodón suave y absorbente para mantener a los deportistas frescos y cómodos durante el ejercicio.
Fue ya en los años 70, con el auge de la práctica de salir a correr (absurdamente llamada jogging o footing) cuando el chándal dio el salto a los armarios de las personas de a pie. Los materiales fueron evolucionando también. Al algodón empezó a unírsele el nylon o el poliéster. Estos dos últimos materiales dieron lugar a dos tipos de chándal muy famosos en los 80 y los 90: el de acetato y el de un tipo de nailon llamado tactel.
Hoy, es una prenda informal que pasó de ser utilizada en actividades deportivas a convertirse en una prenda de uso cotidiano. A finales del siglo XX, este tipo de ropa empezó a ser una tendencia de moda informal y se popularizó como un símbolo de comodidad y estilo urbano.