Exordio
Ahora que por el hemisferio sur ya se están preparando para las curiosísimas (para nosotros) navidades veraniegas, iniciamos en hablarydecir una nueva sección que está dirigida, sobre todo a los españoles que viajen a tan sugerente país.
Ciertamente, este diccionario lo componen palabras que son de uso común en Argentina y no en España. Es decir, intenta reflejar las particularidades del español rioplatense y está basado en el excelente trabajo de Alberto J. Miyara, en su diccionario argentino-español. El esquema va a ser: palabra argentina-palabra española-comentarios o explicación (PA-PE-CE).
Comenzamos con…
A boca de jarro. A bocajarro. El argentino aún no ha llegado al poder de síntesis del español. Válido también para a troche y moche (nunca a trochemoche) e hijo de puta (jamás hijoputa).
Abrojo. Velcro. Sistema basado en el contacto entre superficies rugosas para abrochar prendas o calzados, que, además, vendría muy bien a ciertos individuos de conversación nauseabunda.
A cobrar. O sea , llamar a cobro revertido.
Acabar. Correrse. En una película le decía una mujer al que la estaba violando: ¡Córrete, córrete! Los argentinos lo interpretan como que se mueva: ¡Pero si se corre no va a poder acabar!
Achuras. Asaduras, menuceles, menudillos. Menudencias de la vaca, de todo tipo, imprescindibles en un asado porque aportan riqueza a la parrilla.
Acoplado. Tráiler. Un camión con acoplado sería uno que lleva un tráiler a cuestas, es decir para transportar cargas mayores.
Aguacil. Libélula.
Aguinaldo. Paga extra, paga doble, o sea, paga. Sueldo adicional, no la gratificación informal navideña.
Ají. Guindilla.
Alambre de púa. De espino. O sea, alambre con nudos puntiagudos.
Alcahuete. Soplón. ¡Ojo! Esta palabra no se aplica a galeotos, burdeleros ni a trotaconventos.
Alcancía. Hucha.
Alcaucil. Alcachofa.
Alfajor. Alajú o alhajú.
Alfiler de gancho. Imperdible.
Almacén. Colmado, tienda de comestibles y también de otros artículos.
Amarrete. Tacaño.
Ananá. Piña. En Argentina piña es lo que producen los pinos y también un puñetazo.
Angosto. Esta es la palabra que se usa en Argentina; solo muy raramente, estrecho.
Anotarse para. Apuntarse a. Me anoto para la excursión, y no Me apunto a la excursión.
Anteojos. Gafas. Y los anteojos se usan, no se llevan, pero son para ver.
Anuencia. Consentimiento, porque en este lado dejamos de decir anuencia, no por otra cosa….
Aplanadora. Apisonadora. Maquinaria usada, sobre todo, para nivelar el asfalto. También, persona que arrasa con todo para obtener sus objetivos, o sea un Pedro Sánchez…
Aplazar. Suspender. Aquí se refiere a un examen o a una asignatura, o sea, a catear.
Aportar. Cotizar. Entregar mensualmente parte del sueldo a la seguridad socia para descubrir cuando tenemos un achaque que el sistema no lo cubre.
Apurar. Apresurar.
Apuro. Prisa. Casarse de apuro es no, nada, que la gente ya no se casa por eso, ahora tienen el hijo primero.
Archivo. Fichero.
Arco. Portería, pero en el fútbol. Parece mucho más lógica la palabra arco, dado que no hay allí cerradura ni picaporte.
Armar. En Argentina armar es elaborar cualquier cosa a pequeñas porciones.
Aros. Pendientes. Las mujeres siempre están pendientes de ellos, aunque no solo ellas: una importante minoría de los hombres también.
Arquero. Portero, pero en el fútbol.
Arrastre. Tirón electoral. Por arrastre, políticos mediocres suelen ser votados por electores que los ven en un mismo partido que otros igualmente mediocres pero conocidos.
Arveja. Guisante.
Asado. Un asado no es una carne puesta al horno, sino todo un complejo de pedazos del cuerpo vacuno, y aun del porcino, distribuidos en una parrilla para asarse a las brasas. El término también denota la reunión social motivada por esa ingesta.
Asiento. Además de lo sabido, el sillín de una bicicleta.
Atado. Cajetilla de cigarrillos.
Atajar. Detener un disparo el arquero. O sea, parar.
Avisos fúnebres. Esquelas. Sección del diario en que finalmente se hablará de nosotros, pero cuando ya sea demasiado tarde.
Próxima entrega. Con la B: de balde a buzo.