Poema de Jorge Teillier
Texto íntegro de Cuando todos se vayan, poema de Jorge Teillier
Cuando todos se vayan a otros planetas
yo quedaré en la ciudad abandonada
bebiendo un último vaso de cerveza,
y luego volveré al pueblo donde siempre regreso
como el borracho a la taberna
y el niño a cabalgar
en el balancín roto.
Y en el pueblo no tendré nada que hacer,
sino echarme luciérnagas a los bolsillos
o caminar a orillas de rieles oxidados
o sentarme en el roído mostrador de un almacén
para hablar con antiguos compañeros de escuela.
Como una araña que recorre
los mismos hilos de su red
caminaré sin prisa por las calles
invadidas de malezas
mirando los palomares
que se vienen abajo,
hasta llegar a mi casa
donde me encerraré a escuchar
discos de un cantante de 1930
sin cuidarme jamás de mirar
los caminos infinitos
trazados por los cohetes en el espacio.
Sobre Cuando todos se vayan
No somos muy dados en estos poemarios a hacer críticas, pues no nos olvidamos de que la subjetividad de cada lector es el alma de la poesía. Sin embargo sí debemos comentar que en este poema, Teillier expresa claramente una visión nostálgica y solitaria del futuro y sugiere una resistencia al cambio y una conexión con el pasado.
Cuando todos se vayan se publicó en su antología póstuma del mismo título, en 2002.
Sobre el autor
Poco más podemos decir de Jorge Teillier que no hayamos dicho ya en las efemérides de hoy, 24 de junio.
Su infancia transcurrió en el sur de Chile, en la Araucanía. En cierta ocasión dejó claros sus orígenes como poeta: No recuerdo haber intentado escribir poema alguno hasta los doce años de edad. La poesía me parecía algo perteneciente a otro mundo y prefería leer en prosa. Leía como si me hubiesen dado cuerda. Pese a eso, desde los 12 años escribía prosa y poesía. Fue a los 16, en la ciudad de Victoria, donde escribió su primer poema verdadero, esto quiere decir, el primero que vi, con incomparable sorpresa, como escrito por otro.
Sobre su obra
Sí que debe añadirse que, en general, la obra de este poeta chileno se caracteriza claramente por su fluidez y falta de restricciones formales estrictas. Para él, lo importante en la poesía no es lo estético, sino la creación del mito y de un espacio o tiempo que trascendieran lo cotidiano, utilizando lo cotidiano. Según Teillier, el poeta no debe significar sino ser.
En mayo de 1965, movido por el impulso de configurar aquel espacio mítico, publicó Los poetas de los lares, ensayo en el que revisa la obra de todo un grupo de poetas que centraron su obra en la provincia, la infancia y el respeto por las tradiciones, inaugurando una importante vertiente de la poesía nacional, la poesía lárica o de los lares.
Teillier tiende a utilizar un lenguaje sencillo y cotidiano y sus poemas suelen carecer de una estructura rígida de rima o ritmo. En lugar de adherirse a las formas poéticas tradicionales, Teillier se centra en transmitir emociones profundas y universales a través de sus palabras.