Carlos Augusto Salaverry
Diamantes y perlas, de Carlos Augusto Salaverry
He aquí, lector, la diminuta llave
que guarda de mis joyas el tesoro;
prívanme la modestia y el decoro
de que yo te las muestre y las alabe.
Quizás tu lente, escrutador, acabe
por no hallar en mi cofre perlas ni oro,
si tal descubres, por tu honor imploro
que no lo digas a quien no lo sabe.
Si no hallas en mis versos poesía,
ni estilo, ni metáforas brillantes,
mis páginas arroja sin leerlas.
Que otro lector, acaso, encontraría
en los tipos de imprenta – los diamantes,
y en mis vacías páginas – las perlas.
Sobre Diamantes y perlas
Incluimos hoy en nuestro Poemario a Diamantes y perlas (1969), de Carlos Augusto Salaverry es una muestra de humildad y sinceridad por parte del poeta. En él, Salaverry compara sus versos con un cofre lleno de joyas, pero no presume de su contenido; más bien, deja que sea el lector quien decida si en sus páginas hay algo valioso. Es como si el autor reconociera que no todos encontrarán oro o perlas en su poesía, pero confía en que algunos puedan descubrir diamantes escondidos.
Refleja una actitud muy humana: la duda sobre el propio valor y la esperanza de que otros vean lo que uno mismo quizá no alcanza a apreciar. Salaverry, lejos de alardear sobre su talento, se muestra modesto, casi vulnerable, al pedir al lector que, si no encuentra nada especial en sus versos, simplemente los deje pasar sin hacer ruido.
La sencillez del poema es parte de su encanto. No hay grandes artificios ni palabras rebuscadas; todo está dicho con claridad y honestidad. Además, la metáfora del cofre y las joyas es universal y fácil de entender: cada lector tiene su propia perspectiva y puede encontrar belleza donde otros no la ven.
En resumen, el valor de la poesía no siempre depende del autor, sino de quien la lee y le da vida.
Sobre Carlos Augusto Salaverry
Carlos Augusto Salaverry (1830-1891) fue un poeta y dramaturgo peruano, considerado uno de los máximos exponentes del romanticismo en Perú. Nacido en Lancones (Piura), su vida la marcaron la melancolía y el desarraigo, quizá por su condición de hijo natural del caudillo Felipe Santiago Salaverry, quien murió fusilado cuando Carlos era apenas un niño. Esta circunstancia influyó en su carácter y en su obra, que refleja un tono nostálgico y una constante búsqueda de identidad.
Salaverry desarrolló una carrera militar, alcanzando el rango de teniente coronel, pero su verdadera pasión fue la literatura. Su producción abarca poesía, teatro y novela, con obras que exaltan el amor, la melancolía y los ideales románticos. Fue secretario presidencial y diplomático, lo que le permitió viajar por Europa y América, experiencias que enriquecieron su perspectiva artística. Sin embargo, sus últimos años estuvieron marcados por la enfermedad; murió en París en 1891 tras sufrir parálisis.
Su obra
Las más destacables a nuestro juicio son:
- Diamantes y perlas (1869). Poemario compuesto principalmente por sonetos con temas como el amor y la belleza, con un tono introspectivo y humilde. Este poemario incluye el poema transcrito.
- Cartas a un ángel (1890). Considerada su obra maestra, esta colección poética está inspirada en su amor por Ismena Torres. Los versos son apasionados y melancólicos, reflejando el dolor de un amor imposible.
- Misterios de la tumba (1883). Obra poética sobre la muerte y el misterio.
- El bello ideal (1857). Pieza teatral en verso que refleja los ideales románticos de perfección y belleza.
- Atahualpa o la conquista del Perú (1854). Obra dramática sobre la historia del inca Atahualpa.
Carlos Augusto Salaverry falleció en París, el 9 de abril de 1891, a los 60 años de edad.