Quizá ya lo sabía pero el nombre Ebro deriva del antiguo topónimo Hiber o Iber, que los romanos adoptaron como Hiberus flumen.
Este término es una adaptación latina de la palabra griega Ἴβηρ (Íber), que significaba ribera o margen del río. Por su parte, Iberia es un topónimo de origen griego que inicialmente se refería a la región bañada por el río Iber. Los griegos utilizaron este nombre para designar la costa mediterránea occidental, extendiéndose desde el Ródano hasta el estrecho de Gibraltar. Con el tiempo, el término Iberia se amplió para abarcar toda la península y sus habitantes fueron, lógicamente iberos.
Ebro e Iberia. Origen
Así, el nombre del río Ebro (Iber) dio origen al topónimo Iberia. Los colonos griegos que se establecieron cerca de la desembocadura del Ebro, alrededor del 575 a.C., en la colonia de Ampurias, utilizaron este nombre para referirse a la región circundante y posteriormente, el término se extendió para designar un área geográfica más amplia.