Hoy en Son de… documentamos una lengua que todavía sigue viva. No sabemos cuanto durará.
La lengua bretona es una de las últimas voces vivas del mundo celta en la Europa continental, con raíces que se remontan a la migración de pueblos británicos hacia Armórica en la Alta Edad Media.
Hoy, pese a su fragilidad demográfica, sigue siendo un símbolo cultural de Bretaña y un testimonio de la persistencia lingüística frente a la hegemonía del francés.
El bretón. Orígenes
Pertenece a la rama britónica de las lenguas célticas insulares, emparentado estrechamente con el córnico y, en menor medida, con el galés.
Su llegada a la península de Bretaña se produjo entre los siglos V y VI, cuando comunidades de las islas británicas emigraron hacia la región de Armórica, llevando consigo su lengua y sus costumbres. Desde entonces, el bretón se consolidó como idioma propio de la región, resistiendo la romanización y más tarde la expansión del francés.
Rasgos lingüísticos
El bretón se escribe con alfabeto latino y presenta una fonética marcada por la abundancia de consonantes palatales y nasales. Su gramática conserva estructuras célticas arcaicas, como la mutación inicial de las consonantes, fenómeno que altera la primera letra de las palabras según su función sintáctica.
Aunque ha recibido una fuerte influencia léxica del francés, mantiene un núcleo celta que lo vincula directamente con sus lenguas hermanas.
Usos y vitalidad
Tradicionalmente fue la lengua de la vida cotidiana en el oeste de Bretaña, transmitida en el ámbito familiar y comunitario. Sin embargo, desde el siglo XIX sufrió un proceso de marginación, al ser considerado un obstáculo para la integración nacional francesa. La escolarización en francés y la estigmatización social redujeron drásticamente su transmisión intergeneracional.
Hoy, aunque el número de hablantes ronda los 200.000, existen programas de revitalización, como las escuelas Diwan, que ofrecen enseñanza inmersiva en bretón y medios de comunicación locales que lo emplean en radio y televisión.
Hablantes y situación actual
El bretón se concentra en la parte occidental de la península, especialmente en Finisterre y Morbihan.
La mayoría de hablantes son adultos mayores, pero las iniciativas educativas han creado una nueva generación de jóvenes que lo aprenden como segunda lengua. En 2018 se estimaban unos 207.000 hablantes, cifra que refleja tanto el declive histórico como los esfuerzos de revitalización.
Curiosidades culturales
Es la única lengua celta que aún se habla en el continente europeo. Su presencia se extiende más allá de la oralidad: aparece en la toponimia, en la música tradicional y en festivales como el Festival Interceltique de Lorient, donde se celebra la fraternidad de las culturas célticas.
Además, el bretón ha sido un vehículo de resistencia cultural, reivindicado como símbolo de identidad frente a la homogeneización lingüística.
Bretón. Conclusión
La lengua bretona encarna la tensión entre fragilidad y persistencia. Aunque su número de hablantes ha disminuido drásticamente desde mediados del siglo XX, su revitalización demuestra que las lenguas minoritarias pueden sobrevivir si se convierten en emblemas de identidad y orgullo colectivo.




