El término anomia proviene del griego ἀνομία (anomía), compuesto por el prefijo privativo a- (sin) y nomos (ley o norma). Esta raíz etimológica sugiere la ausencia o negación de leyes o normas. En el contexto social y político, la anomia se refiere a la falta de leyes o normas que rigen el comportamiento colectivo, lo que puede llevar a un estado de desorganización social.
Anomia. Significado
Tres son las acepciones que contempla la RAE sobre este vocablo:
- Ausencia de ley.
- Conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación.
- Trastorno del lenguaje que impide llamar a las cosas por su nombre.
En su acepción más amplia, la anomia implica la degradación de normas sociales, donde las reglas morales y las aspiraciones personales no se corresponden, generando una ruptura del orden social. Esto puede manifestarse como una sensación generalizada de frustración y desorientación entre los miembros de la sociedad.
Además, en el ámbito médico, la anomia se refiere a un trastorno del lenguaje caracterizado por la dificultad para recordar o nombrar objetos y personas. Aunque esta acepción parece alejada de las implicaciones sociales, puede considerarse metafóricamente en el contexto de la comunicación política y social, donde un gobierno podría distorsionar el lenguaje y la comunicación, dificultando la capacidad de la sociedad para abordar sus problemas de manera efectiva. Y, efectivamente, esto es lo que nos pasa, como diría Ortega y Gasset, que no sabemos localizar ni siquiera cuando nos subyugan con un lenguaje pretendidamente limpio y neutro que es lo contrario.
¿Por qué es el gobierno de la anomia?
La primera respuesta es francamente sencilla: porque quieren y porque tienen un plan. A partir de aquí, vamos a profundizar someramente, con perdón por la aparente contradicción.
Un gobierno que encarne la anomia en sus diferentes dimensiones se caracterizaría por operar al margen de las leyes establecidas, ignorando o manipulando el marco legal para su beneficio. Además, fomentaría o permitiría la erosión de valores y normas sociales, generando un estado de desorganización y frustración colectiva. Este tipo de régimen también podría distorsionar el lenguaje y la comunicación, dificultando la capacidad de la sociedad para nombrar y abordar sus problemas de manera efectiva.
Muchos hispanoamericanos siguen habitualmente estas páginas de hablarydecir. También extranjeros de otros lares como mi amigo marroquí M. El Roully pero, aquí nos referimos casi exclusivamente a lo que más conocemos, a España. Es por eso, y no porque no haya otros similares, por lo que nos referimos a nuestro actual gobierno criminal español como al gobierno de la anomia, porque cumplen las tres acepciones de anomia y todas sobradamente.
Otra importante razón
El concepto de anomia fue desarrollado principalmente por el sociólogo Émile Durkheim, que lo vinculó a fenómenos como el suicidio en sociedades donde las estructuras sociales y morales se desintegran. Sería interesante que todo el presunto progresismo estudiara mínimamente a este autor que fue uno de los padres de la sociología y, no, de facha tenía bastante poco. Igual así, en vez de ocultar la impresionante cantidad de suicidios que se producen en la actualidad, podrían ir a la raíz de las causas para atajarlas sin chiringuitos. El problema es que eso iría contra la esencia de los intereses de la plutocracia opresora.
Corolario
Este régimen opera en un estado de desorganización legal y social, erosionando las normas y valores compartidos y distorsionando la comunicación pública. Esto resulta en una sociedad caracterizada por la frustración, el aislamiento y la desconfianza, donde las instituciones pierden legitimidad y la cohesión social se desintegra.
Este gobierno anómico, corrúpata, socialista, estúpido, criminal, ilegítimo, estafador y sin ninguna conexión con la verdad ni con la realidad, no solo falla en su función de proporcionar estructura y orden social, sino que activamente contribuye a la descomposición del tejido social y político. Las consecuencias de tal situación son profundas y duraderas, afectando negativamente a la estabilidad, al desarrollo y al bienestar de la sociedad en su conjunto.