El quechua sureño es la variante más hablada y vital de toda la familia quechua, extendiéndose principalmente por el sur de Perú (en regiones como Ayacucho, Cusco, Apurímac, Huancavelica, Puno, Arequipa y Moquegua), el occidente de Bolivia y zonas limítrofes de Argentina y Chile, especialmente la provincia argentina de Santiago del Estero. Dentro de este macrodialecto se agrupan variedades como el ayacuchano, cusqueño, collao, puneño, norboliviano y el quichua santiagueño, que presentan una alta inteligibilidad mutua, lo que favorece la comunicación interregional.
Singularidades lingüísticas
El quechua sureño pertenece a la rama de la familia quechua conocida como Chinchay y se caracteriza por un sistema fonológico basado en tres vocales (/a/, /i/, /u/) y un inventario consonántico que puede enriquecerse en ciertas áreas por influencia de lenguas como el aimara, especialmente en la región Cuzco-Collao, donde aparecen sonidos eyectivos y aspirados. Es una lengua aglutinante, con palabras que se forman añadiendo numerosos sufijos a una raíz, lo que permite expresar de manera precisa número, persona, caso, tiempo, modo y evidencialidad. No existen artículos, preposiciones ni morfemas de género y el verbo suele ocupar la posición final en la oración. La flexibilidad morfosintáctica y la riqueza en matices, especialmente en la expresión de la evidencialidad (cómo se ha obtenido la información), son rasgos que la distinguen.
Estado actual y vitalidad
Es la variedad más robusta y con mayor vitalidad de todas las lenguas quechuas. En Perú, según el Censo Nacional de 2017, más de 2,3 millones de personas lo hablan solo en el sur del país y en muchas zonas rurales es la lengua dominante. En Bolivia y Argentina, aunque con menor número de hablantes, sigue siendo parte activa de la vida cotidiana y cultural. A diferencia de otras variedades quechuas, que muchas están en peligro de desaparición, el quechua sureño mantiene una transmisión intergeneracional sólida y presencia en la educación básica, los medios de comunicación, la literatura y las manifestaciones culturales.
Sin embargo, enfrenta desafíos como el desplazamiento por el español en entornos urbanos y la falta de presencia en ámbitos oficiales y tecnológicos. Pese a eso, hay políticas de revitalización y normalización lingüística, especialmente en la educación bilingüe intercultural y proyectos que promueven su uso en escuelas rurales y en la vida pública.
Quechua sureño. Importancia
El quechua sureño es mucho más que un medio de comunicación: es un pilar de la identidad cultural andina y un vehículo esencial para la transmisión de saberes ancestrales, mitos, poesía, música y cosmovisión. Su literatura oral y escrita es rica y variada y la lengua sigue viva en festividades, rituales, canciones y relatos. Para millones de personas, representa la resistencia cultural y el orgullo por las raíces indígenas y es símbolo de la revitalización de las lenguas originarias en Sudamérica.