Quizá ya lo sabía pero un viacrucis no son solo las amarguras que nos está haciendo pasar el tirano sátrapa, jefe del albañal y sus bandas…
Se llama viacrucis o vía crucis y proviene del latín Via crucis, —pronunciada la segunda ce como che en el latín eclesiástico—, al camino de la cruz que Jesucristo recorrió, sufriendo vejaciones, rumbo al Calvario, monte donde habría de ser crucificado. Ese fue el medio para que Jesucristo obtuviera de su padre el perdón de nuestro pecado: el sacrificio de su propio hijo.
A partir de ahí se llama así a otros trances de sufrimiento: Ha sido un viacrucis mi trato con los acreedores de mi difunto. O pasó una larga enfermedad, fue un vía crucis.
Existe además en el catolicismo el rezo del vía crucis. Tiene como centro cada una de las estaciones o momentos importantes de ese padecimiento de Jesucristo, representadas en puntos del templo con una imagen alusiva.
Su escritura es, como ya hemos citado, dual. En una sola palabra —por tanto, sin acento— o en dos —y con tilde.