Exordio
Acabo de enterarme de que Donald Trump ha ganado con mucha diferencia las elecciones en los Estados Unidos de Norteamérica y me alegro, claro. Pero no es ese el asunto que nos va a ocupar ahora sino algo relacionado a cómo en una radio pública española se ha transmitido esa noticia: El mundo vuelve a los tiempos de Maricastaña. No entraré en la estolidez, mentecatería o perversidad que ese titular supone porque no merece la pena, lo que hago es agradecerles la idea a estos aprendices de sátrapas y maestros de la manipulación, que lo cortés no quita lo valiente…
Tiempos de Maricastaña. Origen
Esta expresión se refiere a un período muy remoto en el pasado y tiene su origen en una figura histórica concreta: María Castaña, Maricastaña o María Castiñeira, una mujer gallega del siglo XIV. En 1386, María lideró una revuelta contra los abusos tributarios del Obispado de Lugo, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia popular. Este hecho se transmitió a lo largo de los siglos, dando lugar a la locución que hoy conocemos.
En el siglo XVI ya se había convertido en una referencia temporal ambigua para referirse a un pasado muy lejano, equivalente a los tiempos de Matusalén. Así, el propio Cervantes citaba la expresión en El casamiento engañoso: ¡Cuerpo de mí! -replicó el licenciado-. ¡Si se nos ha vuelto el tiempo de Maricastaña, cuando hablaban las calabazas, o el de Isopo, cuando departía el gallo con la zorra y unos animales con otros!
La expresión se recogió en el Diccionario de la RAE en las ediciones de 1884, 1925 y 1992. En la de 2001 ya no figura, limitándose en la de 2014 a una locución coloquial en la entrada tiempo: del tiempo de Maricastaña… de tiempo muy antiguo (da como equivalentes las locuciones del tiempo de España y del tiempo de ñangué, locales en Cuba y Perú).
Usos y aspectos culturales
Se utiliza para enfatizar la antigüedad de algo o para señalar desfases. Por ejemplo, frases como la que hemos citado en el exordio o, por ejemplo: Esa moda es de tiempos de Maricastaña. Esta expresión aporta un matiz humorístico o irónico al discurso, resaltando la lejanía temporal.
Existen algunas variantes en la forma de la expresión, como Maricastañas o María Castaña. Aunque María Castaña es la forma más cercana al nombre original, las otras variantes son igualmente comunes en el uso cotidiano.
La locución no solo evoca un episodio histórico, sino que también representa la resistencia contra los abusos de poder. La figura de María Castaña ha trascendido su contexto original y se ha convertido en un símbolo de lucha social. Así, en tiempos de Maricastaña no solo se refiere a un tiempo pasado, sino que también implica una conexión con temas de justicia y resistencia.
Tiempos de Maricastaña y otras expresiones
Esta expresión se puede comparar con otras similares como el año de la pera o en tiempos del rey Perico. Todas ellas cumplen la función de referirse a un pasado lejano e indeterminado. Sin embargo, en tiempos de Maricastaña destaca por su vinculación con una figura histórica real, lo que le otorga un trasfondo cultural más profundo.