Es más que evidente que el vocablo escaparate no tiene nada de extraño ni necesita ser rescatado del olvido. Sin embargo, dado que la palabra tiene un origen y una evolución que consideramos muy interesantes, procedemos a realizar un breve análisis sobre ella. Por eso, quizás con calzador, la incluimos en nuestra Poliantea.
Escaparate. Etimología
La palabra escaparate tiene un origen y una evolución que reflejan cambios culturales y comerciales a lo largo del tiempo. Etimológicamente, proviene del neerlandés medio schaprade, que significa armario, especialmente uno de cocina o para guardar cosas delicadas. Este término se compone de schapp (armario) y reeden (preparar). La primera aparición documentada de escaparate en español data de principios del siglo XVII, concretamente en la obra de Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617), donde se usaba para referirse a un tipo de armario o alacena para guardar objetos valiosos o delicados.
Significados
Son seis las acepciones que contempla el diccionario oficial de la RAE:
- Espacio exterior de las tiendas, cerrado con cristales, donde se exponen las mercancías.
- Vitrina.
- Apariencia ostentosa de alguien o algo.
- Lugar o circunstancia en que se hacen muy patentes las características de alguien o de algo.
- (En Cuba, República Dominicana y Venezuela) Armario.
- (En Cuba) Persona muy alta y robusta.
Originalmente, en español, escaparate designaba un armario acristalado o con puertas de cristal, destinado a exhibir objetos decorativos o delicados, como joyas o vajillas finas. Esta acepción todavía se mantiene en algunos países de Hispanoamérica, como Cuba o Venezuela, donde escaparate puede referirse a un mueble con puertas de cristal para guardar ropa u otros objetos.
Con el tiempo, el significado de escaparate evolucionó hacia su uso más común y extendido hoy en día: el espacio acristalado en la fachada de los comercios donde se exhiben productos para atraer a los clientes. Este uso se consolidó con el desarrollo del comercio minorista y la necesidad de mostrar mercancías de forma atractiva para captar la atención de los transeúntes. La transformación del escaparate en un elemento estratégico de mercadotecnia y ventas se intensificó desde el siglo XIX, especialmente tras la Exposición Universal de Londres en 1851, que impulsaron la exhibición visual de productos.
El escaparatismo
El arte de diseñar y montar escaparates, conocido como escaparatismo, se ha convertido en una disciplina que combina creatividad, psicología del consumidor y técnicas de marketing. Los escaparates modernos no solo muestran productos, sino que cuentan historias visuales, evocan emociones y buscan establecer conexiones con el público para incentivar la compra. Así, sabemos que las zonas centrales y bajas del escaparate atraen más la atención visual, por lo que los diseñadores colocan allí los elementos que más les interesen vender. Además, el factor sorpresa y la narrativa visual son herramientas clave para captar y mantener el interés del espectador.
Escaparates en sentido figurado
También se usa para referirse a la apariencia ostentosa o exhibición llamativa de algo o alguien, así como a situaciones o hechos que sirven para mostrar o destacar características particulares. Por ejemplo, se dice que una exposición universal es un escaparate para los países participantes, en el sentido de que es un lugar donde se exhiben y ponen en valor sus cualidades y logros.
En resumen, la palabra escaparate ha pasado de designar un mueble cerrado para guardar objetos delicados a convertirse en un símbolo del comercio moderno y la comunicación visual. Su evolución refleja no solo cambios en el lenguaje, sino también en la cultura del consumo y las estrategias comerciales. Además, su uso figurado amplía su significado hacia ámbitos sociales y culturales, donde la idea de exhibición y visibilidad es central.