Cuando el hombre ya no encuentre placer en su trabajo y trabaje solo para alcanzar sus placeres lo antes posible, entonces solo será casualidad que no se convierta en delincuente. Theodor Mommsen
Exordio
¿No les recuerda a algo muy peligroso esta frase del premio Nobel de Literatura en 1902? Vamos a a analizarla detenidamente pero así, a primera vista, nos parece una denuncia colosal sobre el presente de la sociedad, aunque la sentencia sea del siglo XIX…
¿Quién fue Theodor Mommsen?
Theodor Mommsen fue un destacado historiador, jurista y filólogo alemán del siglo XIX. Nació el 30 de noviembre de 1817 en Garding, Schleswig-Holstein (Alemania). Provenía de una familia humilde y su padre, un pastor protestante, le introdujo en el estudio de las lenguas clásicas.
Estudió Derecho en la Universidad de Kiel, donde se doctoró en 1843. Posteriormente, con financiación de la Academia de Berlín, inició su monumental proyecto del Corpus Inscriptionum Latinarum, una recopilación de todas las inscripciones latinas conocidas del Imperio Romano.
Mommsen fue profesor de Derecho Romano en varias universidades: Leipzig, Zürich y Breslavia (Wrocław en polaco). En 1858 se estableció en Berlín, donde se dedicó principalmente a la investigación y la docencia. Además de su labor académica, Mommsen tuvo una activa participación política. Fue miembro del parlamento prusiano y del Reichstag alemán entre 1863 y 1884, representando a diferentes partidos liberales.
Su obra más famosa es la Historia de Roma, publicada entre 1854 y 1856. Por este trabajo recibió el Premio Nobel de Literatura en 1902, siendo reconocido como el mayor maestro vivo del arte de la escritura histórica. En la actualidad está considerado uno de los más grandes clasicistas del siglo XIX y su obra sigue siendo fundamental para la investigación contemporánea sobre la historia romana.
Fábrica de delincuentes. El valor del trabajo
Theodor Mommsen destaca que cuando el trabajo se convierte en una mera obligación, se pierde un sentido fundamental de propósito y conexión con la vida. La sentencia advierte sobre los peligros de enfocarse únicamente en los placeres inmediatos. Esta mentalidad puede llevar a una desconexión con el valor del trabajo y, por lo tanto, a una falta de compromiso con la sociedad.
Mommsen establece un vínculo entre la actitud hacia el trabajo y la conducta ética. La pérdida de significado en el trabajo aumenta la propensión a comportamientos antisociales, sugiriendo que un sentido de propósito es crucial para mantener la moralidad.
La cita también puede interpretarse como una crítica a las sociedades que priorizan el consumo y la gratificación instantánea sobre el trabajo. Porque, la responsabilidad no solo es individual, desde luego.
Actualidad. Fábrica de delincuentes
Hemos de tener en cuenta, en principio, que en derecho positivo el término delito está relativizado por la volatilidad que tiene la legislación, desgraciada o delictivamente. No obstante, tanto Mommsen como. modestamente, hablarydecir nos referimos al concepto de delito en derecho natural: lo que todos sabemos que está bien o mal.
La reflexión de Mommsen es especialmente pertinente hoy en día, donde se discute el equilibrio entre trabajo y vida personal, así como los efectos del consumismo. Nos invita a considerar cómo nuestras actitudes hacia el trabajo influyen en nuestra ética y comportamiento social. La cita, además, nos recuerda algo que se escapa de una parte muy numerosa de la sociedad: que el trabajo no solo es un medio para obtener placeres, sino una parte integral de nuestra identidad y contribución a la sociedad. Y ahí, entran términos como bonhomía, responsabilidad, honor, dignidad, honradez… En fin, cosas del pasado, por lo visto. ¿Alguien tiene dudas sobre que se está instituyendo la fábrica de delincuentes?
Theodor Mommsen falleció hace hoy 121 años, el 1 de noviembre de 1903, en Charlottenburg, a los 85 años de edad.