Sí, así, con efe inicial… En España suena muy poco, aunque es una palabra mucho más utilizada en el continente americano.
Tres acepciones presenta el diccionario oficial de la RAE:
- Engaño o error.
- Carencia (falta o privación). Especialmente en Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay.
- Quiebra de un comerciante. En Argentina, Colombia, Nicaragua y Paraguay. En Nicaragua se usa en el lenguaje jurídico.
Y ahora viene lo interesante:
Falencia proviene del término latino fallens, que significa engañoso y está asociado al verbo fallĕre, que se traduce como mentir, engañar o falsear.
Además, la raíz fallĕre se relaciona con otras palabras como falla, fallecer y falaz, todas ellas con connotaciones de error, finitud o engaño.
Y es esta raíz fallĕre la que se refleja en los significados de las palabras:
Falla: Se refiere a un error o defecto, algo que no funciona correctamente o como se esperaba.
Fallecer: Originalmente significaba engañar o decepcionar, pero con el tiempo su significado evolucionó para referirse al acto de morir, posiblemente debido a la idea de que la muerte es la última decepción o fallo de la vida.
Falaz: Describe algo o alguien que es engañoso o que induce a error.
Estas palabras, aunque tienen significados diferentes en el uso actual, siguen conservando la idea de un error, engaño o falta de verdad en su núcleo conceptual.
A modo de ejemplo, citaremos que Juan Carlos Onetti, en su novela El astillero, (que recomendamos con fervor en hablarydecir) hace referencia a este concepto de falencia. Y en el sentido jurídico de carencia o quiebra, las referencias son innumerables.
En esta sociedad anestesiada y desangrada por todos los sitios no es difícil que surjan sátrapas (unos más grandes que otros) aprovechando las incontables falencias. No sé a qué vamos a esperar…
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