¿Quién era aquel Fernando Poo que los estudiantes de mitad del siglo XX conocíamos como la capital de Guinea Ecuatorial? Un navegante portugués del siglo XV cuyo nombre, por azares de la cartografía colonial, bautizó durante siglos a la isla de Bioko.
Fernando Poo: el nombre que cruzó océanos
Fernando Poo, o Fernão do Pó en su forma portuguesa original, es uno de esos nombres que, sin haber dejado una obra escrita ni una biografía detallada, se incrustó en la cartografía y en la memoria colonial de Europa. Su figura, apenas esbozada en los registros del siglo XV, se convirtió en emblema de una isla africana que durante siglos llevó su nombre: la actual Bioko, en Guinea Ecuatorial. Su legado no se mide por hazañas épicas, sino por la persistencia simbólica de un nombre que atravesó imperios, tratados y disputas geoestratégicas.
El navegante del Golfo de Guinea
Fue un explorador portugués activo en la segunda mitad del siglo XV, vinculado a las expediciones comerciales de Fernão Gomes, mercader lisboeta que recibió del rey Alfonso V el monopolio sobre el comercio en parte del golfo de Guinea. En torno a 1472, Poo fue el primer europeo en describir las islas del golfo, entre ellas la que sería llamada Fernando Poo hasta mediados del siglo XX. También exploró el estuario del río Wouri, en el actual Camerún, al que bautizó como rio dos Camarões, origen del nombre del país.
Su actividad se inscribe en el contexto de las exploraciones atlánticas portuguesas, que buscaban rutas comerciales hacia África occidental y, eventualmente, hacia la India. Aunque no se conservan relatos personales ni cartas de navegación firmadas por él, su nombre quedó fijado en los mapas y en la toponimia colonial, como testimonio de una presencia europea temprana en la costa africana.
De Portugal a España
Dos siglos después de la exploración de Poo, su nombre reapareció en el tratado de San Ildefonso (1777), por el cual Portugal cedió a España las islas de Fernando Poo, Annobón y los Elobeyes, junto con parte del litoral africano entre los ríos Níger y Ogüé. El acuerdo respondía a intereses geoestratégicos: España buscaba consolidar su presencia en el Atlántico sur, en conexión con el virreinato del Río de la Plata y el Apostadero naval de Montevideo.
La colonización española de Fernando Poo fue errática y tardía. Aunque se realizaron expediciones simbólicas en el siglo XVIII, la ocupación efectiva no comenzó hasta 1858. Durante décadas, la isla fue escenario de tensiones entre intereses esclavistas cubanos, comunidades anglófonas protestantes y proyectos misioneros claretianos. El cultivo de cacao y la consolidación de haciendas marcaron el inicio de una presencia española más estable, aunque siempre condicionada por el aislamiento y la complejidad del enclave.
Curiosidades
El nombre Fernando Poo sobrevivió a los cambios políticos y coloniales hasta bien entrado el siglo XX. Se utilizó oficialmente por la administración española de Guinea Ecuatorial y aparece en documentos, mapas y sellos postales. Incluso tras la independencia del país en 1968, la isla mantuvo el nombre durante algunos años, hasta que fue rebautizada como Bioko.
Curiosamente, el nombre de Poo también se encuentra en localidades de Camerún y Sierra Leona, lo que sugiere una huella toponímica más amplia que la estrictamente insular.
Fernando Poo. Ni retrato ni olvido
No dejó retratos ni diarios. Su vida permanece en la penumbra documental, pero su nombre se convirtió en emblema de una isla, de una época y de una forma de mirar África desde Europa. En la historia de los exploradores, su figura es más geográfica que biográfica, más simbólica que narrativa.