Garavito, el monstruo colombiano

Luis Alfredo Garavito Cubillos nació el 25 de enero de 1957 en Génova, Quindío (Colombia).

Su semblanza

Era el mayor de siete hermanos en una familia marcada por la violencia doméstica, el alcoholismo y el abandono emocional. Su padre, Manuel Antonio Garavito, ejercía un control autoritario y humillante sobre la familia y según el propio testimonio de Luis Alfredo, fue el primer agresor sexual que sufrió en su infancia.

Garavito abandonó la escuela a los diez años y vivió una juventud errática, marcada por el aislamiento, la inestabilidad laboral y una religiosidad obsesiva. Trabajó como vendedor ambulante y ocasionalmente como predicador callejero. Su personalidad oscilaba entre la afabilidad superficial y una profunda perturbación emocional. A lo largo de su vida adoptó múltiples alias —Bonifacio Morera Lizcano, Tribilín, El Monje— para ocultar su identidad y facilitar sus crímenes.

Garavito. Su historial delictivo

Entre 1992 y 1999, perpetró una de las mayores series de asesinatos infantiles documentadas en la historia contemporánea. Se le atribuyen oficialmente 172 asesinatos de menores, aunque él mismo confesó haber matado a más de 200 personas y se estima que la cifra real podría superar los 300.

Su modus operandi era meticuloso y aterrador: se ganaba la confianza de niños entre 6 y 16 años, generalmente de bajos recursos, con promesas de regalos, trabajo o comida. Luego los llevaba a zonas apartadas, donde los violaba, torturaba y asesinaba con extrema crueldad. A muchos cuerpos los hallaron con signos de violencia ritualizada, lo que sugiere una dimensión simbólica o compulsiva en sus crímenes.

Garavito operó en al menos 11 departamentos de Colombia y también confesó haber cometido asesinatos en Ecuador y Venezuela. Su captura en 1999 se debió a una combinación de errores propios, rastros físicos y una investigación policial que logró vincular sus alias con los lugares de los crímenes.

Las consecuencias

En 2001, Garavito fue condenado a 1853 años y 9 días de prisión, la pena más alta registrada en Colombia. Sin embargo, debido a beneficios legales por colaboración con la justicia y buen comportamiento, su condena fue conmutada a 40 años, lo que generó una fuerte polémica nacional e internacional.

Murió el 12 de octubre de 2023 en la cárcel de Valledupar, a los 66 años, víctima de leucemia y cáncer ocular. Su fallecimiento cerró uno de los capítulos más oscuros de la historia criminal hispanoamericana, pero dejó abiertas muchas preguntas sobre el sistema penal, la protección infantil y la capacidad del Estado para prevenir crímenes en serie.

Garavito no solo encarna el horror individual, sino también los fallos estructurales de una sociedad que permitió que cientos de niños desaparecieran sin respuesta durante años. Su figura sigue siendo objeto de estudio en criminología, psicología forense y sociología del crimen.

 

Luis Alfredo Garavito está ya encerrado vitaliciamente con los Criminales y otros delincuentes de hablarydecir.com

Retrato penitenciario de Luis Alfredo Garavito, con evidente deterioro físico en el rostro, especialmente en el área ocular izquierda. Imagen de archivo que refleja el ocaso biológico del mayor asesino serial colombiano

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