Insomnio

octubre 31, 2024

Virgilio Piñera

Texto íntegro de El insomnio, de Virgilio Piñera

El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño. Da vueltas, como es lógico, en la cama. Se enreda entre las sábanas. Enciende un cigarrillo. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormir. A las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le confía que no puede dormir. Le pide consejo. El amigo le aconseja que haga un pequeño paseo a fin de cansarse un poco. Que enseguida tome una taza de tila y que apague la luz. Hace todo esto pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez acude al médico. Como siempre sucede, el médico habla mucho pero el hombre no se duerme. A las seis de la mañana carga un revólver y se levanta la tapa de los sesos. El hombre está muerto pero no ha podido quedarse dormido. El insomnio es una cosa muy persistente.

Sobre El insomnio

¡La angustia de no poder dormir! En este relato, Piñera transmite la frustración y el desasosiego que acompaña a esta experiencia. La elección de palabras es precisa y cada frase está cargada de significado, lo que permite al lector conectar con la sensación de desesperación. A pesar de que el tiempo narrativo se desarrolla en un breve lapso, la percepción del tiempo se dilata, reflejando la tortura psicológica que implica estar despierto cuando se desea dormir.

La descripción minimalista utilizada por Piñera hace que cada detalle cuente, evocando la incomodidad y la inquietud. Temáticamente, el insomnio se presenta como una metáfora de la angustia existencial. A través de esta obra breve, Piñera logra ofrecer una crítica sutil sobre la inquietud en la vida moderna. En última instancia, El insomnio se convierte en una reflexión sobre la condición humana y las batallas internas que enfrentamos.

Sobre Virgilio Piñera

Virgilio Piñera, nacido el 4 de agosto de 1912 en Cárdenas (Cuba) fue un escritor cubano con obra heterogénea y, sin duda, heterodoxa: cultivó la poesía, el cuento, la novela y el teatro, destacando por su tono crítico y su uso del absurdo. Educado en Filosofía y Letras en la Universidad de La HabanaPiñera vivió en Buenos Aires entre 1946 y 1958, donde tradujo Ferdydurke, de Witold Gombrowicz.

A su regreso a Cuba, se enfrentó a la censura y al ostracismo, pero dejó un legado como figura clave de la literatura cubana del siglo XX.

Su obra

Piñera es uno de los autores más importantes de la literatura cubana, con una obra caracterizada por temas como la alienación, el absurdo y la locura, todo a través de un mordaz sentido del humor. Su estilo, asociado con la literatura del absurdo, contrastaba notablemente con el barroco y ornamental de otros escritores de su época.

Y es que Piñera es un autor absurdista tanto por el contexto histórico en el que se desenvuelve como por su talante vital. En sus textos, expone aspectos de la sociedad moderna que contribuyen al absurdo, criticando la deshumanización y la devaluación del lenguaje. Su visión irónica y humorística del ser humano, nunca exenta de escepticismo, responde a la eterna interrogante sobre el sentido de la existencia.

NOTA: Véase el microrrelato Natación, del mismo autor, donde se expone más ampliamente información sobre la obra de Virgilio Piñera.

El insomnio

Artículos relacionados

La persecución del maestro

La persecución del maestro

Alexandra David-Néel Texto íntegro de La persecución del maestro, microrrelato de Alexandra David-Néel Entonces el discípulo atravesó el país en busca del maestro predestinado. Sabía su nombre: Tilopa; sabía que era imprescindible. Lo perseguía de ciudad en ciudad,...

leer más
Aprendan geometría

Aprendan geometría

Fredric Brown Texto íntegro de Aprendan geometría, microrrelato de Fredric Brown Henry miró el reloj. A las dos de la mañana cerró el libro, desesperado. Seguramente lo suspenderían al día siguiente. Cuanto más estudiaba geometría, menos la comprendía. Había fracasado...

leer más
A enredar los cuentos

A enredar los cuentos

Microrrelato de Gianni Rodari Texto del microrrelato A enredar los cuentos, de Gianni Rodari -Érase una vez una niña que se llamaba Caperucita amarilla.-¡No, roja!-¡Ah!, sí, Caperucita roja. Su mamá la llamó y le dijo: “Escucha, Caperucita verde…”-¡Que no, roja!-¡Ah!,...

leer más