La cara de la moneda. Luces y glorias de España se presenta como una obra que rehúye la complacencia y la rutina y que aborda la historia de España con la convicción de que puede narrarse sin artificios ni concesiones, con sobriedad, dignidad y altura de verdad.
Sobre La cara de la moneda
El autor, José Antonio Soláns Bascuas, con excelente criterio, ofrece una visión afirmativa de la historia española, no como negación de sus sombras, sino como reivindicación de sus logros.
La lectura resulta grata y estimulante porque el libro no se limita a enumerar episodios gloriosos, sino que los integra con tono claro, directo y sin afectación, capaz de devolver al lector la certeza de una historia viva y vigorosa.
El prólogo de Iván Vélez refuerza esa intención: abre el horizonte, sitúa la obra en un debate historiográfico vivo y recuerda que la historia de España no puede reducirse a una sucesión de derrotas o culpas.
José Antonio Soláns Bascuas. El autor
Soláns Bascuas se presenta como un escritor independiente, ajeno a los grandes circuitos editoriales, pero consciente de la necesidad de intervenir en el espacio público con rigor y claridad. Su perfil es el de un autor que combina vocación pedagógica con voluntad de debate cultural.
No busca la erudición inaccesible, sino la divulgación con fundamento y ahí reside parte de su fuerza: ofrecer al lector común una narración que dignifica el pasado sin falsearlo. Esa independencia editorial es también un gesto simbólico: reivindicar la palabra propia frente a la uniformidad del discurso dominante.
Soláns es técnico superior en Medio Natural y Gestión Forestal pero a los efectos que hoy nos atañen, nuestro autor es uno de tantos españoles preocupados por el legado de nuestros ancestros, pero también por el futuro de tan vieja nación, tal como expone Vélez en el prólogo.
La cara de la moneda. Nos ha gustado
La obra nos ha gustado porque devuelve equilibrio a la mirada sobre España. Frente a la insistencia en la cruz de la moneda, Soláns Bascuas nos recuerda la cara: las hazañas, las figuras y los momentos —decisivos para la humanidad muchos de ellos— que han dado forma a una comunidad histórica.
Nos ha gustado porque el prólogo de Vélez no es un mero trámite sino una invitación a leer con amplitud de miras, a reconocer que la historia nacional no se agota en la crítica, sino que también exige reconocimiento. Y no poco, desde luego.
Nos ha gustado porque la obra transmite firmeza y serenidad, sin caer en la retórica hueca ni en el sentimentalismo.
También, porque es justo reconocer que la gloriosa e irrepetible historia de España puede narrarse sin mentiras, sin manipulaciones y sin ocultamientos; esas artimañas quedan para otros —aquí y allá— que las precisan para intentar sostener su seudohistoria falaz y adoctrinadora. Por lo tanto, nos ha gustado su rigor.
Y nos ha gustado, en suma, porque la lectura de La cara de la moneda. Luces y glorias de España —amena y capaz de atrapar desde el inicio— se convierte en un acto, sobrio y firme, de afirmación cultural que rehúye la filigrana y se sostiene en la convicción de que la historia de España merece ser narrada con dignidad.




