Quizá ya lo sabía pero el nombre de Marruecos proviene de la ciudad de Marrakech. Este vínculo etimológico se establece a partir de la importancia histórica y cultural de Marrakech, que fue la capital de varias dinastías importantes, como los almorávides y los almohades.
El nombre Marrakech deriva de la lengua bereber, específicamente de amur n wakuš, que significa Tierra de Dios. Esta ciudad, fundada en 1062 por Yúsuf ibn Tašufín, se convirtió en un centro político y comercial clave en el norte de África, lo que contribuyó a su reconocimiento internacional.
Con el tiempo, los europeos comenzaron a utilizar el nombre Marrakech para referirse a la región en su conjunto, pese a no ser una entidad política real. Así, el término Marruecos se originó a partir del nombre de esta ciudad, adaptado en lenguas occidentales como el portugués Marrocos, que posteriormente se transformó en Marruecos en español. Esta evolución refleja no solo la influencia de Marrakech como capital histórica, sino también su papel en las interacciones culturales y comerciales entre Europa y el norte de África.