Némesis. Significado
Dos acepciones nos ofrece el diccionario oficial sobre esta palabra de género exclusivamente femenino:
1. Castigo fatal que restablece un orden anterior. A Edipo le llegó su némesis en Tebas.
2. Persona enfrentada a otra o enemiga acérrima suya. Era su enemigo mortal, su némesis.
En un sentido general, se refiere a un enemigo indomable o una situación ineludible que causa miseria y muerte. En el habla común, némesis puede referirse también a un rival constante o a un problema persistente. Este uso se ha extendido a varios campos, desde los deportes hasta los negocios, donde se utiliza para describir a un competidor formidable o a un desafío persistente.
Origen y etimología
La palabra némesis proviene del griego antiguo νέμεσις, que significa indignación justa o retribución. Así está relacionada con la palabra griega nemein, que significa distribuir, asignar o repartir lo que es debido. La raíz protoindoeuropea de nemein es nem-, que significa asignar o distribuir.
Como es sabido, Némesis, en la mitología griega, era la diosa de la retribución divina y la venganza. Era venerada y temida como una deidad que impartía justicia, especialmente contra aquellos culpables de hybris, el pecado de orgullo excesivo o arrogancia ante los dioses. Como encarnación de la retribución divina, jugaba un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio de la justicia tanto en los reinos humanos como divinos. Se centraba particularmente en castigar a aquellos que cometían arrogancia contra los dioses, asegurando que se preservara el equilibrio y el orden.
El vocablo némesis llegó al español a través del latín, que a su vez había adoptado y adaptado muchas palabras del griego, incluyendo némesis, cuya esencia y raíces griegas también se siguen mantienendo intactas en su uso actual en español.
Némesis en la literatura
En la literatura se refiere a un personaje que actúa como un adversario para otro personaje, típicamente el protagonista. Por ejemplo, en la tragedia griega Edipo Rey de Sófocles, la némesis del rey Edipo es su hybris o exceso de orgullo. En Doctor Fausto de Christopher Marlowe, la némesis de Fausto es su orgullo en su erudición y su naturaleza demasiado ambiciosa. En Hamlet de William Shakespeare, encontramos dos ejemplos: Hamlet y la indecisión de Hamlet.
Así que, en fin, es esta otra de las palabras que hemos elegido para proceder a su rescate porque creemos, además, que urge ponerla en aplicación.