Estamos ante una de esas situaciones cada vez más frecuentes en las que la ignorancia de medios políticos y de comunicación (o sea, prácticamente lo mismo) prostituye, modifica y altera el significado de una palabra. Es como si en vez de prensa dijéramos taburete, por ejemplo, o corrupatía.
Emérito. Significado
El diccionario oficial le asigna al vocablo dos acepciones:
- Dicho de una persona, especialmente de un profesor: Que se ha jubilado y mantiene sus honores y alguna de sus funciones.
- En la Roma antigua, dicho de un soldado: Que había cumplido su tiempo de servicio y disfrutaba la recompensa debida a sus méritos.
Juan Carlos I no es emérito
Tras su abdicación en 2014, Juan Carlos I no ostenta oficialmente el título de rey emérito, sino el de rey honorífico. Esta distinción se basa en el Real Decreto 470/2014, de 13 de junio, que establece que Juan Carlos I continuará vitaliciamente en el uso con carácter honorífico del título de Rey. Aunque el término «emérito» se ha popularizado en medios y conversaciones públicas, no es el correcto desde un punto de vista legal ni oficial.
Honorífico y emérito. Diferencias
Título honorífico. Es un reconocimiento que confiere honor y prestigio, pero no implica el ejercicio efectivo de funciones. En este caso, Juan Carlos I conserva el título de Rey como un gesto simbólico tras su abdicación. Que esa persona pueda ser considerada que dé honor a algo, ya es otra cosa.
Emérito. Este término se aplica principalmente a personas jubiladas que han dejado un cargo o función, pero que mantienen ciertos honores e incluso algunas funciones. Un ejemplo conocido es el caso del Papa Benedicto XVI, quien asumió el título de Papa Emérito tras su renuncia. Sin embargo, esta figura no tiene un equivalente directo en la monarquía española.
En consecuencia, referirse a Juan Carlos I como rey emérito es incorrecto desde una perspectiva oficial y jurídica, ya que él no mantiene funciones constitucionales ni ejecutivas tras su abdicación.
Implicaciones legales
El estatus de Juan Carlos I como rey honorífico está regulado por el Real Decreto mencionado anteriormente, lo que significa que:
- Su título es vitalicio pero únicamente honorífico.
- Este estatus podría ser modificado o revocado si así lo decidiera el Gobierno mediante otro decreto.
Origen del error
La confusión entre honorífico y emérito probablemente se debe a la popularización del uso del segundo término en otros contextos, como en el caso del Papa Benedicto XVI. Sin embargo, la causa mayor es la incompetencia e ignorancia de los medios de comunicación en general, que no tienen fondo pero tampoco forma. Además son causa de otros asuntos de mucho mayor gramaje.
Por tanto, lo adecuado sería referirse a Juan Carlos I como rey honorífico o rey honorario para respetar la terminología oficial establecida tras su abdicación. Aunque no sabemos si es una persona a la que se le pueda identificar con el honor…