Exordio
Elegimos hoy para nuestro refranero no a uno sino a un grupo de cinco refranes íntimamente ligados entre sí por tener un punto en común: la aristocracia de cuna y la económica.
Nobleza y prosperidad. Diez nobles abuelos
El refrán Con diez nobles abuelos no se pone el puchero refleja la idea de que la nobleza o el linaje no garantizan la riqueza o el bienestar material. A pesar de tener una ascendencia ilustre, esto no asegura que una persona tenga lo necesario para vivir, como es el caso de tener comida en la mesa. Este dicho enfatiza la importancia del esfuerzo personal y el trabajo duro para alcanzar el bienestar, más allá de la herencia familiar. Nada, este no vale para socialistas y similares gentes.
Escudos y blasones
Un refrán que complementa esta idea es Bien de escudos y blasones pero mal de pantalones, que también alude a la nobleza sin riqueza. Indica que, aunque alguien pueda tener un linaje noble (escudos y blasones), puede carecer de recursos económicos (mal de pantalones).
Nobleza y prosperidad. Blasón y talegón
En contraste, existe otro refrán que valora la riqueza sobre la nobleza: No hay tal blasón como tener repleto el talegón. Este dicho sugiere que la verdadera nobleza reside en la riqueza tangible, no en los títulos nobiliarios sin respaldo financiero.
La herencia
La mejor herencia, un buen ejemplo y diligencia. Este refrán dice que el legado más valioso que se puede dejar a los descendientes no es la riqueza material o los títulos nobiliarios, sino las virtudes del trabajo duro, la perseverancia y el buen comportamiento.
Nobleza y prosperidad para terminar
Más vale virtud en el pecho que escudo en el techo. Quizás alguien podría discutirlo pero estaría condenado al fracaso porque este refrán es indiscutible. Claro que puede salir algún socialista a hacernos comulgar con ruedas de molino…