Pandia no brilla por su mito, sino por su ausencia, ya que aparece apenas como un destello: hija de Selene, tal vez epíteto, tal vez diosa.
Sin embargo, esa misma marginalidad la convierte en figura fascinante: ¿qué significa que una diosa lunar no tenga rostro, que su culto se intuya pero no se cante?
| Aspecto | Detalles principales |
|---|---|
| Origen | Pandia es hija de Zeus y Selene, diosa lunar. Su nombre deriva del griego Pandeia (πανδεια), que significa todo resplandor o plenitud de luz |
| Entorno | Asociada a la luna llena, su culto se vincula a la ciudad de Atenas, donde se celebraba la fiesta de la Pandia, posiblemente en honor a Zeus o a ella |
| Apariencia | No se conserva iconografía específica, pero se la imagina como una figura resplandeciente, de belleza serena, envuelta en luz lunar, con atributos femeninos suaves |
| Atributos | Su principal atributo es el brillo lunar pleno, símbolo de claridad, revelación y ciclo completo. Representa la fase culminante de la luna |
| Papel | Figura secundaria en el panteón griego, pero con fuerte carga simbólica. Representa la plenitud lunar y puede interpretarse como una diosa del ritmo celeste |
| Personalidad | No se le atribuyen rasgos psicológicos definidos, pero su vinculación con la luna llena sugiere una personalidad intensa, reveladora y cíclica |
| Transformación | No protagoniza metamorfosis ni relatos de transformación, pero su figura ha sido reinterpretada como epíteto de Selene o como símbolo astronómico |
| Aportaciones | Su existencia permite explorar el desdoblamiento de lo lunar en la mitología griega. Su culto ateniense sugiere una dimensión ritual y cívica olvidada |
| Significado | Pandia encarna la plenitud luminosa, el momento de máxima visibilidad. Su nombre y función evocan la revelación, el exceso de claridad y el ciclo completo |




