El español, con su amplísima extensión geográfica y cultural, está lleno de palabras que nacen en rincones concretos y, con el tiempo, aspiran a convertirse en patrimonio de todos sus hablantes. Una de estas voces es parrillar que, por tanto, pretendemos rescatar del desuso en todo el ámbito ajeno a lo chileno.
Parrillar. Historia y proyección
La riqueza del español se manifiesta en su capacidad de crear palabras que reflejan costumbres y realidades locales. Parrillar es un ejemplo notable: un verbo que, aunque oficialmente reconocido por la RAE desde 2024, sigue siendo un chilenismo para referirse a la acción de asar alimentos, especialmente carne, sobre una parrilla. Este término, lejos de ser una curiosidad lingüística, encierra una historia y un potencial que merece ser explorado y propuesto para su expansión a otros ámbitos hispanohablantes.
Etimología y contexto cultural
Deriva de parrilla, el utensilio de hierro en forma de rejilla que se coloca sobre el fuego para asar carnes y otros alimentos. El sustantivo parrilla tiene raíces en el godo parra, que hacía referencia a un terreno cercado y en el latín crāticula, diminutivo de crātis, que aludía a una pequeña reja o cuadrícula. En el siglo XV, Nebrija ya mencionaba la parrilla como instrumento para asar carne. El verbo parrillar, sin embargo, surge en el español de Chile como una necesidad expresiva para designar una acción central en la vida social y gastronómica del país: reunirse en torno al fuego para asar y compartir alimentos.
Usos y curiosidades
En el español de Chile es un verbo tan natural como cocinar o asar. Se emplea tanto en ámbitos informales (Vamos a parrillar el fin de semana) como en publicidad, medios y recetarios. Curiosamente, en la mayoría de los países hispanohablantes, no hay un verbo certero para esta acción; se recurre a perífrasis como hacer una parrillada o asar a la parrilla lo que revela un vacío léxico que parrillar llenaría con eficacia y precisión.
El reconocimiento de la RAE da a parrillar una legitimidad que trasciende lo regional. Su inclusión en el diccionario no solo valida su uso, sino que lo pone al alcance de todo el mundo hispanohablante, abriendo la puerta a su adopción en otros países.
Adopción
La expansión de parrillar tiene sólidos argumentos. Primero, responde a una necesidad comunicativa real: la cultura del asado, la barbacoa y la parrillada es común a muchos países de habla hispana, pero carece de un verbo propio y específico. Así, parrillar simplifica y enriquece el discurso culinario, haciéndolo más ágil y natural..
En segundo lugar, parrillar es un verbo transparente, fácil de conjugar y de entender por hablantes de cualquier región. Su raíz es reconocible y su significado se deduce inmediatamente del contexto, lo que facilita su integración en el habla cotidiana.
Finalmente, la adopción de parrillar contribuiría a la diversidad y vitalidad del español, integrando una voz que refleja la creatividad lingüística y la riqueza de las tradiciones gastronómicas. Así como tapar, brindar o torear se han extendido desde contextos determinados a todo el mundo hispano, parrillar tiene el potencial de convertirse en el verbo universal del asado.
Parrillar. Ventajas de su uso
Aporta precisión, economía expresiva y un matiz cultural que enriquece la comunicación. Permite nombrar con una sola palabra una acción que, si no, requiere varias. Además, refuerza la identidad y el orgullo de las tradiciones culinarias hispanoamericanas, al tiempo que promueve la integración de variantes regionales en el léxico común.
El próximo fin de semana iré a parrillar con unos familiares y no, no soy chileno pero ¿acaso hay forma de expresarlo mejor?