Exordio
En la entrada anterior sobre Pedro Sánchez (la novela de Pereda, no el otro) hemos citado espontáneamente la palabra milagrón y, al releerlo, nos ha parecido que sería interesante hacer un pequeño análisis sobre ella y rescatarla del olvido. Así que dicho y hecho.
Milagrón. Etimología
Este vocablo es una combinación de milagro y el sufijo ón. El término milagro proviene, a su vez, del latín miraculum, que, atención, significa objeto de admiración o maravilla. El sufijo ón es un aumentativo que se usa en español para indicar un aumento o exageración en el tamaño, la cantidad o la intensidad de algo.
Por lo tanto, etimológicamente, podría interpretarse como un gran milagro o un milagro extraordinario. Sin embargo, en la práctica, la palabra milagrón adquirió un significado diferente pero, si lo pensamos veremos que está muy relacionado.
Milagrón. Significado
Como siempre hacemos, y como es de ley, consultamos sobre esta palabra al diccionario oficial de la RAE y nos expone que significa aspaviento y que es un nombre masculino coloquial poco usado. Ya sabemos que la RAE es poco pródiga en palabras explicando muchos términos.
Es, pues, un término coloquial y poco frecuente que se utiliza para describir una manifestación o demostración exagerada de asombro, sorpresa o conmoción. En otras palabras, es un aspaviento.
Ejemplos de uso
Cuando le conté que había ganado la lotería, hizo un milagrón de sorpresa. Para describir una reacción exagerada de asombro.
El personaje principal, al ver el milagro, hizo un milagrón que dejó a todos boquiabiertos. Para enfatizar una reacción dramática ante un hecho sorprendente.
Pérez hizo un milagrón cuando le preguntaron sobre su vida personal en la entrevista. Describe una reacción exagerada o teatral en un contexto público.
Cuando vio el precio del coche nuevo, hizo un milagrón que casi se desmaya. Aquí, milagrón subraya una reacción cómica y exagerada.
Como hemos citado, y por eso intentamos el rescate, el uso de milagrón es muy poco común en el español moderno. Sin embargo, puede encontrarse en textos literarios o religiosos para referirse a un alarde o una demostración exagerada de algo.