Quizá ya lo sabía pero la sigilografía es una disciplina científica que surge en el siglo XVII, vinculada a la diplomática y la apertura de archivos históricos. Estudia los sellos de lacre o sigilos como símbolos de identidad, poder y comunicación, analizando su significado cultural y jurídico.
Etimológicamente proviene del latín sigillum, sello y -grafía.
Los sellos han sido instrumentos de autenticación y protección de documentos, validando decisiones importantes e identificando a personas e instituciones. Su uso generaba confianza en un mundo donde la escritura necesitaba garantías físicas.
La sigilografía es una disciplina transversal: historia, arqueología, derecho, genealogía y heráldica son sus pilares y, a su vez, forma parte de estas ciencias.
Desde los sellos reales medievales hasta los diplomáticos contemporáneos, han evolucionado y se han adaptado. Eran utilizados por mercaderes como pasaportes comerciales y por reyes como símbolos de autoridad.
Hoy, la sigilografía es esencial para comprender las estructuras de comunicación, poder e identidad a través del tiempo, siendo fundamental para historiadores, archivistas y científicos sociales.