Exordio
Imagino que al leer el título de este artículo, más de uno pensará que a qué viene comentar sobre un vocablo archiconocido y que no tiene ningún secreto. Pues a eso, precisamente, a que algún secretillo y curiosidad se mantiene en la palabra quiosco.
El primer comentario es que este término tiene una doble escritura porque la forma kiosco también la admite el diccionario oficial de la RAE.
Quiosco. Significado y acepciones
El término quiosco se utiliza para hacer referencias a varias cosas, pero, sobre todo, se conoce como tal a los pequeños puntos de venta que suelen estar colocados en calles, parques o centros comerciales y en los que se vende prensa, golosinas, flores, joyas o bisutería y todo aquello que no requiera de demasiado espacio de almacenamiento para ser comercializado.
También se les llama así a algunos puntos de información. Pero, de acuerdo con la evolución lógica de la lengua, a lo largo del tiempo ese término ha servido para designar otras cosas, como a la pequeña construcción (de forma rectangular, circular u octogonal) con columnas, abierta por los lados y con un techo en forma de cúpula, ubicada en algunos parques públicos, en el que se ofrecían los conciertos de música.
Esa misma evolución ha servido para alterar el orden primario de las acepciones. En el vigente diccionario oficial la primera acepción es: Templete o pabellón en parques o jardines, generalmente abierto por todos sus lados, que entre otros usos ha servido tradicionalmente para celebrar conciertos populares.
Y la segunda: Construcción pequeña que se instala en la calle u otro lugar público para vender en ella periódicos, flores, etc.
Hasta aquí, pocas o ninguna novedad pero ¿saben qué es un quiosco de necesidad? Apostaría a que si no han abierto el último enlace, van a llevarse una sorpresa porque es un retrete público, aunque ya no queden.
Sinónimos de quiosco
Templete, pabellón, cenador, pérgola y glorieta para el primer sentido y puesto, tenderete y estanquillo para el segundo.
Quiosco. Etimología
Sí, lo sé. Hubiera sido más coherente hablar primero del origen y después del significado pero nosotros también hemos preferido alterar el orden (como la RAE). ¿Por qué? Porque aquí viene la sorpresa.
Quiosco (o su variante kiosco) llegó al español a través del francés kiosque, que significa en ese idioma pequeño punto de venta, caseta y pabellón de jardín. A su vez, el francés lo tomó, a inicios del siglo XVII, del italiano chiosque, con idéntico significado. Hasta aquí, todo normal.
Chiosque llegó al italiano desde el turco medieval kiösk (en algunos diccionarios etimológicos el vocablo aparece en la forma köşk y en otros como kieuchk), significando literalmente pabellón. Este término se refería a unos celadores o templetes que eran construidos durante el Imperio Otomano en los jardines de un palacio (normalmente en el punto más alto de este) y que servían para descansar, tomar el fresco o disfrutar de las vistas. El término turco lo había tomado del persa kušk, que significa pabellón, palacio o sala de estar.
Otras palabras de esos orígenes
A modo de ejemplos, y por supuesto, nada exhaustivos, citamos:
- Las palabras horda, zapato, chaleco, yogur y café tienen su origen en el turco.
- Ajedrez, azúcar, paraíso, naranja y arroz provienen del persa.
Quizá un día hablemos de alguna de ellas.
La novela de quiosco
La literatura de quiosco en España tiene una larga historia, con autores como Eduardo Zamacois estableciendo el canon que seguirían las publicaciones similares posteriores. La novela de quiosco, como género, nace en el siglo XIX, concretamente en Francia y motivada por la libertad de expresión y, sobre todo, de acceso del pueblo al arte, que proporciona la revolución de 1789.