Exordio
Es posible, mucho, que no lo sepamos y que ni siquiera nos hayamos percatado, pero todos hemos rusticado alguna vez en nuestra vida. Y seguro es que bastantes a estas altura del verano estén haciéndolo en este momento o preparándose para rusticar muy pronto.
Antes se veraneaba (es decir, se pasaba el verano completo) y ahora nos vamos de vacaciones en esta época. De siempre ha habido estancias en baños termales o balnearios (ahora por extrañas razones hay que decir spa) en cualquier estación del año. Pues bien, en la mayoría de esos supuestos, se trata de rusticar.
Rusticar. Origen
Proviene del latín rusticāri, que se refiere a la acción de vivir en el campo o llevar un estilo de vida rural. Es la forma verbal del adjetivo rusticus, que significa algo que pertenece al campo o que tiene características de lo rural. En latín, a menudo se formaban verbos a partir de adjetivos añadiendo ciertos sufijos. En este caso, se añade -āri a rusticus para formar rusticāri, que así se traduce como vivir en el campo o llevar un estilo de vida rural.
Rusticar. Significado
Creo que en el epígrafe anterior ha quedado suficientemente claro pero no por eso vamos a dejar de consultar a nuestro oráculo, al diccionario oficial de la RAE. Esto dice: Salir al campo, habitar en él, sea por distracción o recreo, sea por recobrar o fortalecer la salud. Y añade que se trata de un verbo intransitivo.
Por supuesto, rusticación es la acción y el efecto de rusticar.
Usos de rusticar
Aunque, como ya hemos visto, rusticar es una palabra reconocida por la Real Academia Española, su uso en el español contemporáneo ha caído totalmente hasta el fondo del desconocimiento y de la práctica. Razones contundentes no hay y, precisamente por eso, incluimos a este verbo -tan sonoro, por cierto- en nuestro archivo de palabras dispuestas a ser rescatadas. ¿Qué otra que usemos habitualmente podría sustituirla con precisión? A nuestro entender, ninguna. ¿Y no podría ser ruralizar? No, significa otra cosa y no estamos para destruir matices voluntariamente.
Actualmente solo se utiliza en escasísimos ámbitos literarios o poéticos para referirse a la acción de vivir o pasar tiempo en el campo. ¿La rescatamos? ¿Rusticamos este verano? Ojalá.