Soneto de los nombres de María

noviembre 25, 2024

Poema de Emilio Ballagas

Texto completo del Soneto de los nombres de María, de Emilio Ballagas

A Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
A mi madre, que lleva su nombre.


En el pecho del Padre halló su nido
la que en el seno al Hijo dio posada
y allí de querubines alabada
la que, luna de Dios, subió sin ruido.

En pañales como recién nacido,
entre vistosas alas fue llevada
y por distintos nombres advocada
de su trono de luz no se ha movido.

Pero el amor que multiplica todo,
panes y peces, el maná y la Forma,
hace que la sin mancha baje al lodo,

que la luz soberana tome forma,
que la Belleza, al fin, halle acomodo
Y al ojo pecador dicte su norma.

Sobre Soneto de los nombres de María

Es un poema que exalta la figura de la Virgen María, concretamente a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba y está dedicado también a su madre, quien llevaba el nombre de María. Este soneto es un ejemplo de la poesía religiosa de Ballagas, donde combina su devoción con un estilo poético clásico. Se publicó en 1943 en el poemario Nuestra Señora del mar

El poema celebra la pureza y el papel divino de María, utilizando imágenes religiosas para destacar su importancia en la fe cristiana. La Virgen es presentada como una figura celestial que, aunque elevada, desciende para estar cerca de los fieles.
Ballagas emplea metáforas y simbolismos para describir a María. La llama luna de Dios, sugiriendo su pureza y su luz espiritual. Esta imagen resalta su ascensión sin ruido, lo que puede interpretarse como su Asunción al cielo.

El soneto sigue la estructura clásica con catorce versos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. Utiliza un lenguaje elevado y simbólico para transmitir el mensaje espiritual. A través del amor divino que multiplica todo, el poema sugiere que María desciende al mundo terrenal para guiar a los pecadores hacia la salvación. Este descenso simboliza la conexión entre lo divino y lo humano.

Sobre Emilio Ballagas

Fue un destacado poeta y ensayista cubano, considerado uno de los más importantes cultivadores del neorromanticismo y la poesía negrista en Cuba durante el siglo XX.

Nació el 7 de noviembre de 1908 en Camagüey (Cuba). Realizó sus estudios secundarios en su ciudad natal, graduándose de Bachiller en Letras y Ciencias en 1926. En 1928 se trasladó a La Habana para iniciar sus estudios universitarios.

En 1931 publicó su primer poemario titulado Júbilo y fuga. Dos años después, en 1933, obtuvo el título de Doctor en Pedagogía por la Universidad de La Habana. A partir de ese momento, desarrolló una intensa carrera como docente y escritor. En 1934 publicó su Cuaderno de poesía negra, obra que lo situó como uno de los principales exponentes de la poesía negrista o mulata en Cuba. Al año siguiente compiló la importante Antología de poesía negra hispanoamericana. Entre 1933 y 1946 fue profesor de Literatura y Gramática en la Escuela Normal para Maestros de Santa Clara. Durante este periodo publicó varios poemarios como Sabor eterno (1939) y Nuestra Señora del Mar (1943).

Además de su producción poética, Ballagas realizó una importante labor como antólogo y ensayista, contribuyendo a difundir y analizar la poesía afroamericana. Ballagas está considerado uno de los más refinados líricos cubanos del siglo XX. Su obra poética se caracteriza por combinar una vertiente de búsqueda de la poesía pura con otra de inspiración popular y folclórica, especialmente en su poesía negrista.


Emilio Ballagas falleció el 11 de septiembre de 1954 en La Habana, a los 45 años de edad.

NOTA: Estamos a su disposición para todo cuanto deseen comentar en hablar@hablarydecir.com y en hablarydecir@gmail.com 

Artículos relacionados

La última inocencia

La última inocencia

Alejandra Pizarnik La última inocencia, de Alejandra Pizarnik   Partir en cuerpo y alma partir. Partir deshacerse de las miradas piedras opresoras que duermen en la garganta. He de partir no más inercia bajo el sol no más sangre anonadada no más formar fila para...

leer más
Soy

Soy

María Dhialma Tiberti Soy, de María Dhialma Tiberti Yo inventé el tiempo para decir tu nombre. Porque mi voz lo quiso, hubo violetas en verano y glicinas en otoño. Fui quien modeló el espacio para dar cabida a tu sombra. Y porque mis ojos lo pidieron el cielo cambió...

leer más
Mi ángel de la guardia

Mi ángel de la guardia

  Carmen Verde Arocha Mi ángel de la guardia, de Carmen Verde Arocha   Mi ángel de la guardia tiene una casa de tamarindo en la recta de Martinzote Gabriel es mi ángel de la guardia. Vestido de albahaca duerme en el cielo. Bebe leche al levantarse. ¿Y quién...

leer más