La verdad es más importante que la paz, porque la mentira es la madre de la violencia. Miguel de Unamuno
La cita La verdad es más importante que la paz, porque la mentira es la madre de la violencia es una formulación que sintetiza el pensamiento de Miguel de Unamuno, quien defendía la primacía de la verdad sobre una paz basada en el engaño. La frase más conocida y citada de Unamuno es Antes la verdad que la paz, que pronunció y escribió en diversos momentos de su vida, especialmente en los años convulsos de la II República y la Guerra Civil española. Unamuno utilizó esta máxima para responder a quienes le pedían silencio o conformismo en nombre de la concordia social, insistiendo en que una paz fundada en la mentira es precaria y peligrosa.
Sobre ¿Verdad o paz?
Esta sentencia encierra una advertencia ética y política: la paz que ignora la verdad es solo un espejismo y la mentira, lejos de apaciguar, siembra el germen de futuros conflictos. Unamuno, enfrentado a la polarización y la violencia de su tiempo, alertó contra el conformismo y la autocensura en nombre de la estabilidad, sosteniendo que solo la verdad -por incómoda que sea- puede evitar que la sociedad caiga en la violencia generada por la frustración y el engaño. Su postura es radicalmente incómoda: prefiere el conflicto que nace de la realidad a la calma artificial que precede a la tormenta.
Por supuesto que Sánchez y su legión de interesados seguidores discrepan de Unamuno. Para ellos, la verdad es un disparate malicioso, así nos va con esa banda de facinerosos al mando.
¿Verdad o paz?
Sobre Miguel de Unamuno
Fue un escritor, filósofo y académico español, figura clave de la Generación del 98, cuya vida estuvo marcada por el compromiso intelectual y político en momentos convulsos de España.
Nacido en Bilbao el 29 de septiembre de 1964, vivió de niño el asedio de su ciudad durante la Tercera Guerra Carlista, experiencia que influyó considerablemente en su obra, sobre todo en su primera novela Paz en la guerra. Estudió Filosofía y Letras en Madrid y desarrolló la mayor parte de su carrera en Salamanca, donde fue catedrático y rector de la Universidad, cargo que ocupó en varias etapas hasta su muerte.
Unamuno fue un hombre de convicciones firmes y espíritu crítico. En 1924 fue destituido y exiliado por oponerse a la dictadura de Primo de Rivera, regresando en 1931 con la llegada de la II República, momento en que proclamó la República desde el balcón del Ayuntamiento de Salamanca y fue elegido diputado. Sin embargo, pronto mostró desencanto con la evolución política y renunció a la reelección en 1933.
Miguel de Unamuno y Jugo falleció en Salamanca, el 31 de diciembre de 1936, a los 72 años de edad.