No vive aquí, pero cuando llega, se nota. La letra W es esa visitante internacional que no necesita anunciarse: su acento la delata, su presencia brilla y su estilo es inconfundible.
No forma parte del alfabeto tradicional español, pero eso no le impide aparecer en titulares, marcas y nombres que quieren destacar. Es la turista que no se pierde una foto.
W, la turista con pasaporte extranjero
La W no nació en casa. Su origen germánico la vincula con lenguas como el inglés y el alemán, donde tiene ciudadanía plena. En español, sin embargo, es una invitada ocasional, presente en palabras como whisky, windsurf o wifi. No se adapta, no se traduce: se queda tal cual, como quien conserva su acento en cada país que visita.
Equipaje con estilo
Cuando aparece, lo hace con propósito. La W no se cuela por error; se usa para dar un aire cosmopolita, moderno o técnico. Es la letra de las marcas que quieren sonar globales (Walmart, Volkswagen), de los deportes extremos (wakeboard, wingsuit), y de la tecnología (web, wifi, www). Su maleta está llena de palabras que no necesitan traducción.
W, la turista. Siempre fotogénica
La W tiene una silueta que llama la atención. Simétrica, angulosa, elegante. En logotipos y tipografías, es una estrella visual. No importa si está en medio o al final: roba cámara. Es la letra que parece diseñada para hashtags, camisetas y nombres de usuario. Una turista que sabe posar.
De paso, pero presente
Aunque no se naturaliza en español, la W se ha ganado un lugar en nuestra vida cotidiana. Está en nuestras conexiones (wifi), en nuestras búsquedas (web), y en nuestras bebidas (whisky). No pide residencia, pero tiene llave de la casa. Y cuando se va, deja huella.
Aunque vino como turista, la W ya tiene su rincón en Letras y motes de hablarydecir. Ya no está de paso: ahora es parte del paisaje y sigue marcando estilo.