La narrativa británica contemporánea ha sido moldeada por autores que abordan los vínculos humanos, el pasado y la identidad. Entre ellos, Graham Swift ocupa un lugar destacado por su estilo introspectivo y emocionalmente resonante.
Su novela Mañana (Tomorrow, 2007) es una obra que transcurre en una sola noche, pero que abarca medio siglo de historia personal y colectiva. En ella, una madre se enfrenta al dilema de revelar un secreto familiar que podría alterar el equilibrio emocional de sus hijos adolescentes.
Mañana
Se desarrolla en el hogar de los Hook, una familia acomodada de Londres. La narradora, Paula, madre de los gemelos Kate y Nick, permanece despierta mientras todos duermen. En un monólogo interior que se extiende durante la noche, Paula reflexiona sobre su vida, su matrimonio con Mike —editor de éxito—, y sobre el secreto que ambos decidieron revelar a sus hijos tras su decimosexto cumpleaños.
La novela analiza los recovecos más ocultos de la vida en pareja y de la maternidad, más allá de lo biológico. Swift entrelaza recuerdos del Londres de los años noventa, la Inglaterra rural de la II Guerra Mundial y el ambiente estudiantil de los sesenta, célebres por su ruptura de tabúes sexuales. El suspense no reside en lo que ocurrirá, sino en lo que ya ha ocurrido y cómo será revelado. La prosa es tierna, profunda y por momentos sombría.
Mañana es también la primera novela de Swift narrada íntegramente por una mujer, lo que añade una dimensión emocional única. La voz de Paula es íntima, reflexiva y cargada de matices, lo que convierte la lectura en una experiencia envolvente.
Sobre Graham Swift
Nació en Londres en 1949. Estudió en el Dulwich College y en el Queen’s College de Cambridge y comenzó un doctorado en la Universidad de York que abandonó para dedicarse a la literatura.
Es autor de más de una decena de novelas traducidas a más de treinta idiomas. Su obra más conocida, Últimos tragos (Last Orders, 1996), recibió el prestigioso Premio Booker y fue adaptada al cine con Michael Caine como protagonista.
Swift forma parte de la generación de escritores británicos que redefinieron la narrativa en los años ochenta, junto a Martin Amis, Julian Barnes e Ian McEwan. Su estilo se caracteriza por una prosa sobria, introspectiva y emocionalmente potente. Temas como el pasado, el tiempo, la identidad y la muerte atraviesan toda su obra, desde Waterland hasta El domingo de las madres.
Con Mañana, Swift demuestra una vez más su capacidad para convertir lo íntimo en universal y para ahondar en los dilemas humanos con la sensibilidad que lo distingue como uno de los grandes narradores actuales.
NOTA. Nos ha gustado Mañana por su delicado análisis de los silencios familiares, la intimidad contenida y la forma en que revela lo esencial, sin estridencias.