Detersorio

septiembre 8, 2025

Algunas palabras, muy pocas, limpian más que el jabón. Detersorio es una de ellas.

Suena a laboratorio antiguo, a botica de convento, a receta escrita con pluma de ave sobre pergamino. No es una palabra común, ni moderna, ni siquiera útil en el supermercado. Pero tiene una dignidad léxica que merece ser estudiada.

En tiempos donde todo se desinfecta, se esteriliza o se higieniza, detersorio parece venir de otro mundo: uno en el que limpiar no era solo quitar la suciedad, sino purificar.

Así llega detersorio a nuestra colección de Extrañas palabras: como un eco elegante que se resiste al olvido.

Detersorio. Etimología y significados

Proviene del latín detersus, participio de detergĕre, que significa limpiar. De ahí también viene detergente, pero mientras este se industrializó y se volvió marca, detersorio se quedó en los márgenes del lenguaje culto.

En su uso clásico, detersorio designa aquello que tiene virtud de limpiar. No solo físicamente, sino también en un sentido médico o incluso espiritual. En tratados antiguos, se hablaba de ungüentos detersorios para curar heridas, o de aguas detersorias para purificar el cuerpo y el alma.

Detersivo y esméctico funcionan como sinónimos de detersorio.

Usos que ya no se usan

La medicina galénica, la alquimia y la farmacopea del Siglo de Oro usaban detersorio como término técnico. Aparece en textos de boticarios, en recetarios monásticos, en manuales de cirugía rudimentaria. También en escritos religiosos, donde la limpieza del cuerpo era metáfora de la limpieza del alma.

Hoy, la palabra ha desaparecido del habla común. Ha sido sustituida por términos más funcionales, más planos, más comerciales. Pero su eco permanece en el lenguaje culto, en la literatura médica antigua y en algunos diccionarios que se resisten a olvidar.

Curiosidades que limpian el lenguaje

Lo curioso de detersorio no es solo su rareza, sino su elegancia. Tiene ritmo, tiene gravedad, tiene una sonoridad que parece pedir silencio. Es una palabra que no se grita: se pronuncia como quien abre una caja de madera con frascos de vidrio etiquetados a mano.

Además, su parentesco con detergente es una lección de evolución semántica. Lo que antes era virtud, hoy es producto. Lo que antes se usaba para sanar, hoy se usa para vender.

¿Por qué detersorio es una extraña palabra?

Porque pertenece a un lenguaje que ya no usamos, pero que aún entendemos. Es extraña porque no ha muerto, solo se ha retirado. Vive en los márgenes, en los textos olvidados, en las bocas que aún pronuncian con respeto.

Es una palabra que limpia, sí. Pero también ilumina. Nos recuerda que el lenguaje tiene capas, historia, profundidad. Y que incluso lo más cotidiano —limpiar— puede tener un nombre digno de un tratado.

Detersorio. Bodegón con frasco de vidrio, esponja natural, libro antiguo, mortero y cuenco con ungüento sobre mesa de madera en ambiente cálido y tenue

Artículos relacionados

Tagarotear

Tagarotear

Hay palabras que parecen haber sido pronunciadas por primera vez en voz baja, como si no quisieran ser descubiertas. Tagarotear es así. Su sonoridad es tan peculiar como su rareza: no se encuentra en el habla común, ni en los textos contemporáneos, ni siquiera en la...

leer más
Súcubo: la seducción

Súcubo: la seducción

El término súcubo proviene del latín succuba, derivado de sub- (debajo) y cubare (yacer). En su sentido más literal, designa a quien yace debajo, pero en el imaginario medieval adquirió una connotación mucho más inquietante: el súcubo es una entidad demoníaca femenina...

leer más
¿Queda algún esteta?

¿Queda algún esteta?

Esteta no es una palabra inventada ni desconocida por los diccionarios, pero sí lo es para el oído cotidiano. Su sonoridad elegante, su carga filosófica y su rareza en el habla común la convierten en una palabra que parece sacada de otro tiempo o de otro mundo. Es una...

leer más