Concluida la presentación de los académicos que ocuparon la silla Z de la RAE, desde Scotti de Agóiz (1715) hasta el actual José Luis Gómez, iniciamos la serie dedicada a los titulares de la X, dado que la letra Y no figura en la rotulación de las sillas académicas.
Pedro Verdugo de Albornoz. Formación y trayectoria
Pedro Verdugo de Albornoz y Ursúa nació en Carmona (Sevilla) el 22 de noviembre de 1657, en el seno de una familia de nobleza castellana. Desde joven se vinculó a la Orden de Alcántara, lo que le otorgó prestigio y acceso a círculos militares y cortesanos. Su vida estuvo marcada por la doble vertiente de soldado y erudito, un perfil híbrido que lo convirtió en figura singular dentro de la España barroca.
Durante la guerra de Sucesión, combatió en Cádiz y en el Puerto de Santa María, ganándose reputación como jefe militar. Posteriormente fue nombrado corregidor de Granada, ciudad en la que residió gran parte de su vida y donde ejerció un papel clave en la organización política y social. Allí fundó la Real Maestranza de Granada y fue alcaide de la fortaleza de la Alhambra, cargos que lo situaron en el corazón del poder local.
Erudito y poeta
Más allá de su carrera militar, Verdugo de Albornoz destacó como intelectual políglota y poeta. Cultivó la escritura en verso y la reflexión teórica sobre la poesía, con especial interés en la obra de Luis de Góngora, cuya defensa lo sitúa en la corriente gongorina de su tiempo.
Su obra más conocida, la Disertación sobre el numen poético, conservada en la Biblioteca Nacional, constituye un alegato en favor de la versificación como rasgo esencial de la poesía, frente a concepciones más laxas. Este texto lo revela como un pensador riguroso, preocupado por la definición de los géneros literarios y por la dignidad del arte poético.
Labor en la RAE
El 6 de junio de 1715 fue elegido académico de número, ocupando por primera vez la silla X en la recién fundada Real Academia Española. Su participación se centró en tareas pioneras que marcaron el rumbo inicial de la institución:
- Papeleteó las crónicas de Alfonso X, Sancho IV y Fernando IV, así como la poesía de Anastasio Pantaleón de Ribera, contribuyendo a la organización y estudio de textos fundamentales.
- Redactó la oración de condolencia al rey por la muerte de su abuelo Luis XIV, muestra de la función protocolaria y representativa que la Academia asumía en sus primeros años.
- Colaboró en la elaboración del Diccionario de autoridades, obra fundacional que fijó el prestigio de la corporación y que aún hoy se considera piedra angular de la lexicografía española.
Su paso por la RAE dejó huella en la consolidación de la institución y en la defensa de una visión culta y normativa de la lengua.
Verdugo de Albornoz. Últimos años y muerte
En sus últimos años, Verdugo regresó a Granada, ciudad que había marcado su trayectoria vital y política. Allí murió el 3 de octubre de 1720, sin cargos ni rentas, pero con el reconocimiento por su labor militar, de corregidor, de fundador de instituciones y de académico.
Su figura encarna la tensión entre el servicio público, la erudición literaria y la vocación normativa que caracterizó a los primeros miembros de la RAE.
