La palabra agibílibus es una joya escondida que debe rescatarse por su riqueza expresiva y su capacidad para describir con precisión una cualidad humana muy valorada: el ingenio práctico.
Se trata de un sustantivo masculino coloquial que designa la habilidad, astucia o maña para desenvolverse en la vida, especialmente en situaciones complejas o cotidianas. Quien tiene agibílibus sabe cómo salir airoso de los enredos, cómo encontrar soluciones creativas y cómo aprovechar las oportunidades con destreza, incluso con un toque de picardía.
Agibílibus. Raíces y evolución
Su etimología remite al bajo latín agibĭlis, derivado de agĕre, que significa hacer o procurar. De ahí que agibílibus se refiera a lo factible, lo realizable, lo que puede lograrse con habilidad. En este sentido, no solo describe una capacidad, sino también una actitud vital: la de quien no se deja vencer por las circunstancias, sino que las transforma a su favor.
A lo largo de los siglos, el término ha aparecido en textos literarios, refraneros y diccionarios históricos, como el Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española, donde se documenta su uso desde el siglo XVI.
Usos populares y variantes regionales
Además de su significado, agibílibus tiene variantes como agílibus o ajílibus y se ha empleado en regiones como Andalucía con un matiz humorístico o irónico.
Se usó para describir tanto a personas resolutivas como a aquellas que saben manejarse en los negocios, en la vida social o en los oficios menores con soltura y rapidez. En algunos casos, incluso se ha asociado con la gramática parda, esa sabiduría popular que no se aprende en los libros, sino en la experiencia.
Una palabra que merece volver
Incorporar agibílibus a nuestro vocabulario habitual sería una forma de enriquecer el lenguaje con una palabra que no solo es sonora y divertida, sino también precisa.
Así, en tiempos donde el ingenio y la adaptabilidad son cualidades esenciales, recuperar este término nos permite nombrar con elegancia y picardía a quienes saben moverse con soltura en los laberintos de la vida. Decir que alguien tiene agibílibus es reconocer su talento para lo práctico, su intuición para lo oportuno y su arte para lo cotidiano.
¡Bienvenido agibílibus a Rescatando palabras olvidadas! Haremos lo posible por utilizar el término.