La cordura y el genio son novios, pero jamás han podido casarse. Amado Nervo.
Sobre la cordura y el genio
Esta cita de Amado Nervo condensa una tensión clásica entre el orden y la creatividad, entre el sentido común y la imaginación desbordada. Al presentar la cordura y el genio como amantes imposibles, Nervo no solo ironiza sobre la dificultad de conciliar razón y originalidad, sino que sugiere que toda creación verdadera nace de una ruptura con lo establecido.
La metáfora del noviazgo frustrado es deliberadamente afectiva: no hay antagonismo, sino atracción. La cordura admira al genio, el genio necesita a la cordura para no extraviarse, pero su unión es inviable. En esta imagen, el sentido común aparece como límite, como frontera que el genio bordea sin poder habitar.
La cita no es un aforismo aislado, sino parte de una visión más amplia que Nervo desarrolla en su obra: la exaltación de lo espiritual, lo intuitivo, lo poético como formas superiores de conocimiento. En su contexto modernista, esta frase es también una crítica al positivismo y a la racionalidad burguesa que dominaban el discurso público de su tiempo.
Amado Nervo, entre mística y modernidad
Amado Nervo nació en Tepic (México), en 1870 y murió en Montevideo en 1919. Su vida fue breve, pero su obra extensa y profundamente influyente. Poeta, periodista, diplomático y pensador, Nervo encarnó una figura singular en el modernismo hispanoamericano: menos exuberante que Rubén Darío, más introspectivo, más espiritual.
Su poesía transita entre el simbolismo y la mística, entre el amor humano y la aspiración divina. No fue un revolucionario formal, pero sí un renovador del tono: su voz es serena, meditativa, a veces confesional, siempre marcada por una búsqueda de sentido que trasciende lo inmediato.
Nervo vivió en una época convulsa: el fin del Porfiriato, la Revolución Mexicana, la I Guerra Mundial. Sin embargo, su obra no se volcó en la denuncia ni en la crónica, sino en una exploración interior que lo convirtió en referente de una espiritualidad moderna, no dogmática, abierta al misterio.
Como diplomático, representó a México en Argentina y Uruguay y fue testigo de los debates intelectuales del continente. Como escritor, dejó huella en generaciones posteriores, desde los poetas místicos hasta los líricos existenciales. Su estilo, aparentemente sencillo, esconde una arquitectura verbal precisa, donde cada palabra parece elegida para resonar más allá del verso.
La cita que comentamos no es una ocurrencia brillante: es síntesis de su visión del mundo. Para Nervo, el genio no es locura, pero tampoco cordura. Es una forma de estar en el mundo que desafía las categorías, que conversa con lo invisible, que habita el lenguaje como quien habita un templo.