¡Ay, estar muy enamorado o hacer todo lo posible por otra persona! No hay vientos que beber, pero la imagen lo dice todo: expresa un deseo tan intenso y desbordante que parece rozar lo imposible. Así es la fuerza de la expresión beber los vientos por alguien.
Origen y significado de beber los vientos
La expresión es una metáfora poética muy arraigada en el español, utilizada para transmitir el deseo intenso y casi desesperado que una persona siente por otra, o por algo que anhela con vehemencia. Su sentido principal es el de desvivirse por alguien o algo, hasta el punto de hacer todo lo posible para conseguirlo, incluso lo que parece imposible.
Raíces históricas y literarias
El origen de la expresión se remonta al menos al siglo XVII, encontrándose documentada en obras como el Vocabulario de refranes y frases proverbiales, de Gonzalo Correas. En sus primeras apariciones, la frase completa era beber los vientos y los elementos y se aplicaba tanto a enamorados como a quienes perseguían con ahínco cualquier objetivo difícil de alcanzar.
Una de las explicaciones más aceptadas sobre su origen alude a los perros de caza, conocidos como venteadores. Estos animales, al olfatear el aire en busca de la presa, parecen literalmente estar bebiendo el viento, mostrando un ansia y una excitación que se asoció metafóricamente al deseo humano. Así, la imagen del perro que huele el aire en busca de su objetivo se trasladó al lenguaje para describir la pasión y la entrega de quien persigue algo o a alguien con todas sus fuerzas.
Evolución y usos literarios
A lo largo de los siglos, la expresión se ha mantenido viva en la literatura española. Autores como Pérez Galdós en Fortunata y Jacinta y mucho antes Vicente Espinel, en Vida de Marcos de Obregón, la emplean para describir el estado de quien se consume de amor o deseo. También aparece en versos satíricos, como los de Francisco Gregorio de Salas, donde se juega con el doble sentido entre el deseo amoroso y el acto de beber vino en una taberna.
Sentido y curiosidades
Beber los vientos por… se usa principalmente en contextos amorosos, pero también puede referirse a la búsqueda apasionada de un objetivo material o profesional. Es una expresión elegante, cargada de intensidad emocional, que transmite la idea de hacer cualquier cosa por alcanzar aquello que se desea.
Curiosamente, aunque su uso principal es amoroso, puede aplicarse a cualquier situación donde el deseo y la entrega sean desmedidos: desde el afán por conseguir un trabajo hasta la obsesión por una afición o una meta personal.
Beber los vientos. Actualidad y variantes
Hoy la expresión sigue vigente, aunque puede sonar algo literaria o arcaica en el habla cotidiana. Hay variantes como beber los aires, que comparten significado y origen. El Diccionario de la Real Academia Española la recoge como locución figurada, definiéndola como desear algo con ansia y hacer cuanto sea posible por conseguirlo.