Casa de Tócame, Roque

mayo 19, 2025

Podría pensarse así, pero no: no nos referimos al bochornoso gobierno español que, donde mete la zarpa, causa problemas a España y a los españoles. Aunque, sin duda, el palacio de La Moncloa es hoy la casa de Tócame, Roque.

Casa de Tócame, Roque. Origen

La expresión española casa de Tócame Roque tiene su origen en una casa real situada en la calle del Barquillo de Madrid. Esta vivienda, que existió hasta mediados del siglo XIX y fue demolida en 1850, era famosa por su ambiente caótico, insalubre y plagado de disputas entre vecinos. El nombre se popularizó a raíz de un sainete de Ramón de la Cruz titulado La Petra y la Juana o el buen casero, donde se retrataban los constantes conflictos y el desorden que reinaban en esa casa.

La etimología de la frase se relaciona con los propietarios originales, dos hermanos llamados Juan y Roque, que discutían acaloradamente sobre la herencia y la propiedad de la casa. En medio de sus riñas, era habitual escucharles gritar tócame a mí, tócame, Roque, reclamando cada uno su parte del inmueble. El eco de estas discusiones se propagó por el vecindario y, con el tiempo, la expresión pasó a la lengua popular como símbolo de alboroto y confusión.

Significado y usos

En el uso actual, la casa de Tócame, Roque se emplea para describir cualquier lugar donde reina el desorden, la indisciplina y el caos. Puede referirse tanto a una casa familiar donde cada uno hace lo que quiere, como a una oficina, un grupo o incluso una situación social en la que no existe control ni organización. Es habitual que padres, profesores o responsables utilicen la frase para reprender a quienes actúan sin normas, subrayando la falta de disciplina o el ambiente caótico que se ha generado.

Tócame, Roque. Curiosidades

La expresión es un ejemplo de cómo la vida cotidiana y las anécdotas urbanas pueden dar origen a expresiones que perduran siglos en el habla popular. La fama de la casa fue tal que inspiró sainetes, relatos y hasta guías de Madrid, donde se la mencionaba como símbolo de la confusión y el bullicio propios de ciertas viviendas de vecindad de la época. La expresión ha sobrevivido al paso del tiempo y sigue vigente en el lenguaje coloquial, especialmente en España, aunque su origen concreto es desconocido para muchos hablantes hoy en día y, por eso, la explicamos en nuestros Dichos y refranes.

La frase ha trascendido el ámbito doméstico y se utiliza en contextos muy variados, desde la política hasta los medios de comunicación, siempre con la intención de subrayar la falta de orden y la proliferación de conflictos o disputas.

Así, es una de las expresiones más pintorescas y representativas del refranero español. Nacida de un episodio real y popularizada por el teatro y la tradición oral, la frase sintetiza la imagen de un lugar donde el desorden y la confusión son la norma. Su persistencia en el habla cotidiana demuestra la capacidad del idioma para conservar y transformar episodios históricos en símbolos de la experiencia colectiva.

NOTA. Como es probable que los ágrafos que nos gobiernan crean que el significado de esta expresión es otro, compatible con manoseos -deseados o no-, les instamos a que mantengan la placa y que, por una vez, piensen antes de actuar. ¿Será posible?

La casa de Tócame, Roque

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