Exordio
Ayer comenzaron y estoy deseando que acaben de una vez. Me refiero, claro, a los Juegos Olímpicos de París. ¿Por qué? Porque me chirría la imposición de ideales de una minoría a todo el resto. Porque no es soportable que una manifestación deportiva haya dejado de serlo sin ningún pudor y todos traguen sin rechistar. También, quizás, porque voy haciéndome mayor, cada día más, y no solo de edad…
Sirva lo anterior como un ejemplo manifiesto de esas políticas antinaturales que se practican sobre cuotas de lo que llaman género, de orientación sexual, de raza, etc. Vamos ya al grano.
Cuotas y discriminación. Etimología y significados
La palabra discriminación proviene del latín discriminatio, que significa distinguir entre. En su sentido más amplio, implica tratar de manera diferente a una persona o grupo en función de características particulares. El diccionario oficial contempla dos acepciones: Seleccionar excluyendo y Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc. Sin embargo, en el contexto social y legal, la discriminación se refiere a un trato injusto o perjudicial hacia una persona o grupo en función de características como la raza, el género, la edad, la religión, la orientación sexual, entre otras.
Pero en estos juegos crueles que lleva la ideología globalista, impuesta sin darnos cuenta, lo negativo no tiene sitio ni sentido, por lo que hay que manipular los conceptos y las palabras o ponerles apellidos. Este es el caso: a discriminación le ponen detrás el adjetivo positiva y así todo está bien.
El término cuota proviene del latín quota pars, que significa qué parte. El diccionario solo indica -a estos efectos- que es la parte o porción fija y proporcional. En el contexto de las políticas sociales, sin embargo, una cuota es una proporción o porcentaje establecido que debe ser cumplido. Las cuotas se utilizan en el contexto de la discriminación positiva para garantizar la representación de ciertos grupos. Y ahí está la madre del cordero…
Cuotas y discriminación. Crítica
Se dice -dicen- que las políticas de discriminación positiva y de cuotas se han implementado para promover la diversidad y la igualdad. ¿Es cierto esto? ¿Hay víctimas colaterales? Veamos lo que provocan:
- Perpetúa la discriminación. Al otorgar preferencias basadas en la raza, el género, la religión, la identidad sexual u otras características, tanto la discriminación positiva como las cuotas pueden perpetuar la misma discriminación que buscan combatir. En lugar de juzgar a las personas por sus méritos individuales, se les juzga por su pertenencia a un grupo.
- Estigmatización y resentimiento. Las políticas de discriminación positiva y cuotas pueden llevar a la estigmatización de los beneficiarios, ya que pueden ser vistos como menos capaces o menos merecedores. Además, pueden generar resentimiento entre aquellos que no se benefician de estas políticas.
- Injusticia individual. Tanto la discriminación positiva como las cuotas pueden resultar en injusticia para los individuos que no son parte de los grupos beneficiados. Aunque estos individuos no son responsables de la presunta discriminación histórica, pueden verse perjudicados por estas políticas. Así que pagan justos por pecadores, que es lo que debe ser que piensan los impositores.
Corolario
A poco sentido común que se posea es sencillo pensar que cualquier forma de discriminación, incluso si se hiciese con buenas intenciones, puede tener consecuencias negativas. En lugar de centrarnos en estas políticas, deberíamos esforzarnos por crear una sociedad en la que cada individuo sea juzgado por sus propios méritos y no por su pertenencia a un grupo particular. Pero, claro, esto es mucho pedir…
Que nadie olvide que toda discriminación conlleva, al menos, otra negativa, evidentemente. Y unas reflexiones en forma de preguntas: ¿no sería más beneficioso para toda la sociedad que cada persona haga lo que mejor sepa hacer, sin más distinciones? ¿Por qué para ser policía o bombero, por ejemplo, un hombre ha de tener unos requisitos físicos y una mujer otros inferiores para hacer el mismo trabajo? ¿No se estará perjudicando a la propia sociedad con estas políticas? ¿Y por qué no hay cuotas en los trabajos mayoritariamente femeninos? Porque no les interesa eso que llaman igualdad, les prima solo una ideología atroz e injusta.