Exordio
Elaborando la última entrega del diccionario argentino-español nos encontramos con una palabra que consideramos de suficiente calado como para protagonizar un artículo completo (y de los que son tan extensos como entretenidos).
La palabra, obviamente, es vesre, que, sin duda, es mucho más que una palabra…
El vesre. ¿Qué es?
Aunque parezca mentira, el vocabulario oficial contempla este término, aunque oculta su procedencia rioplatense: Procedimiento de creación de palabras mediante la alteración intencionada del orden de las sílabas o de los sonidos silábicos, como en chepo por pecho, grone o greno por negro, zabeca por cabeza o cirunta por cintura.
Este recurso consiste en invertir las sílabas de las palabras, aunque no siempre de manera exacta. Su nombre mismo es un ejemplo de esta práctica, siendo vesre la inversión de revés.
Orígenes del vesre
A finales del siglo XIX en Buenos Aires, el vesre surgió como un código secreto utilizado por delincuentes para comunicarse sin ser entendidos por las autoridades. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta práctica lingüística trascendió y se popularizó, integrándose gradualmente al habla cotidiana de muchos porteños y montevideanos. Hoy en día, es una parte importante de la identidad lingüística y cultural rioplatense.
Características
La fundamental es la inversión silábica, pero es importante destacar que las reglas de formación no son siempre predecibles o exactas. Esta flexibilidad en la formación del vesre es parte de su encanto y complejidad. Por ejemplo, mientras que calle se transforma simplemente en yeca y café en feca, otras palabras siguen patrones menos evidentes. Paisano se convierte en sopaina, no en el previsible nopaisa y calzoncillo se transforma en zolcillonca, en lugar de zoncillócal o cillocalzon.
Además, hay casos en los que no hay una identidad exacta entre las letras de una palabra y su versión en vesre. Un ejemplo curioso es la palabra pelotas (en el sentido de testículos), cuyo vesre es talipes. También se dan situaciones en las que el número de sílabas varía entre la palabra original y su versión en vesre. Así, uruguayo se transforma en yorugua y pantalón en lompa.
Una particularidad interesante es que sus hablantes (argentinos y uruguayos) suelen saber intuitivamente cuál es la forma correcta en vesre de una palabra, incluso si esta es polisilábica. Esta intuición demuestra el arraigo en la conciencia lingüística de los hablantes rioplatenses.
Usos
Aunque originalmente se creó con fines de confusión y secretismo, en la actualidad se utiliza principalmente con un sentido jocoso o lúdico en el habla coloquial. Su presencia se extiende más allá del lenguaje hablado, encontrándose también en la música, especialmente en el tango, y en la literatura rioplatense.
El uso del vesre contribuye a la riqueza y diversidad del español rioplatense, una variante con una fuerte personalidad que la distingue de otras variedades hispánicas. Y es que el vesre es mucho más que un juego de palabras; es un reflejo de la historia, la cultura y la identidad lingüística de la región rioplatense. Su complejidad, flexibilidad y, sobre todo, el arraigo en el habla cotidiana lo convierten en un fenómeno lingüístico digno de estudio.
Vesre y lunfardo
El lunfardo, por otro lado, es una jerga que se originó en los bajos fondos de Buenos Aires, influenciada por la inmigración europea, especialmente italiana. El lunfardo incorpora palabras de diversos orígenes, incluyendo términos en vesre, pero mientras este es una técnica de crear palabras, el lunfardo es un argot más amplio que puede incluir palabras en vesre, pero también otros tipos de vocablos y expresiones. Así, muchas palabras en vesre se incorporaron al lunfardo y se popularizaron a través de letras de tango.
En resumen, el vesre no es lunfardo en sí mismo, sino una técnica que el lunfardo utiliza frecuentemente. Y el lunfardo no es vesre, sino un argot más amplio que incluye palabras creadas mediante vesre entre otros recursos lingüísticos.
Palabras vesre
Breso (sobre)
Bondi (ómnibus)
Broli (libro)
Chabomba (bombacha)
Chegusán (sánduche, sándwich)
Chele (leche)
Choborra (borracho)
Dorima (marido)
Feca (café)
Garpar (pagar)
Gomía (amigo)
Grone (negro)
Javie (vieja, madre)
Jermu (mujer)
Jovie (viejo, padre)
Lompa (pantalón)
Ñoba (baño)
Ortiba (batidor, delator)
Pelpa (papel)
Rati (tira, policía)
Rope (perro)
Telo (hotel)
Viorsi (servicio, baño)
Yeca (calle)
Yotivenco (conventillo)
Yorugua (uruguayo)
Zabeca (cabeza)
Zapi (pizza)
Zolcillonca (calzoncillo)
NOTA: Estamos a su disposición para cuanto deseen comentar en hablar@hablarydecir.com