Es aberrante, indigno, zafio, grosero, monstruoso y execrable que esta placa figure en la fachada principal de la impresionante iglesia de San Salvador de Ejea de los Caballeros (Zaragoza).
Que haya letras desgastadas no tiene mayor importancia porque seguro que, tras tantísimo desmán, no hay dinero para reponerla, pero que pongan tipologia (¿será logia masónica?) y Romanico (un romano pequeño, claro) es, ciertamente, descabellado y cuasidelictivo. Que pongan mayúsculas y minúsculas como les dé la gana y que no sepan que el punto final va detrás del cierre del paréntesis, es inmundo y obsceno. Y no, nadie es responsable ¡qué va!
Esta es la vituperable y pestilente cultura de la progresía y la posverdad: un auténtico atentado criminal contra el conocimiento y el sentido común.