Exordio
Si la España actual fuera un país normal, lógico y sensato en vez de uno fallido, hay cosas que no pasarían, ni se verían ni se leerían ni se escucharían. Los culpables no acusarían y la mentira (burda o no) se condenaría sin escrúpulos. Me estoy refiriendo a la catástrofe de Valencia, sobre la que ya en su día dijimos que al embate de la naturaleza se unió la pusilanimidad (somos muy generosos) de los gobernantes, antes, durante y después.
Eso sí, lo que no vamos a admitir es que salga un ímprobo comentarista (de esos que saben de todo y de nada a la vez) a pontificar que el gobierno español quizá no supo reaccionar adecuadamente porque estuvo un tanto remolón. Y es que no es lo mismo criminal que remolón.
Remolón. Etimología
En el diccionario oficial hay dos entradas a la palabra remolón. La primera la desestimamos a los efectos que ahora nos ocupan, por referirse al colmillo de la mandíbula superior del jabalí, y a cada una de las puntas con que termina la corona de las muelas de las caballerías. Es la segunda la que nos interesa, la que se remonta al verbo remorar, que significa diferir o retardar.
Significado de remolón
Siguiendo con esa segunda entrada, un remolón es aquella persona que muestra una marcada tendencia a la pereza o a la falta de voluntad para cumplir con sus obligaciones. Este adjetivo, que también puede funcionar como sustantivo, se aplica a individuos que constantemente buscan excusas para evitar el trabajo o las tareas que les corresponden.
La expresión hacerse el remolón es particularmente popular en España y se utiliza para describir el acto de fingir lentitud o desinterés con el fin de evadir responsabilidades. Esta frase está consolidada en el habla coloquial y se emplea en todos los ámbitos.
El remolón, por tanto, representa la falta de esfuerzo, mientras que la meritocracia lo valora y lo recompensa. Quizá por ahí esté bien dicho que el gobierno español es remolón.
Variaciones regionales
Como otras muchas palabras, remolón ha adquirido matices interesantes en diferentes regiones de habla hispana. En Panamá y Venezuela, por ejemplo, el término se refiere a una persona cautelosa o precavida, alguien que duda mucho antes de tomar una decisión. Este uso refleja una interesante evolución semántica, donde la lentitud asociada con el remolón se interpreta como prudencia en lugar de pereza. En Guatemala, el significado da un giro aún más curioso para describir a una persona molesta o que causa molestia.
El remolón en la cultura
La figura del remolón ha encontrado su lugar en la cultura popular, apareciendo en literatura, cine y televisión. Suele presentarse como un personaje cómico o como el antagonista de historias que valoran la ética del trabajo y la responsabilidad. En la literatura infantil, el remolón suele ser el protagonista que aprende una lección sobre la diligencia y el esfuerzo.
Desde una perspectiva psicológica, el comportamiento remolón puede ser visto como una manifestación de procrastinación o como una forma de resistencia pasiva. En algunos casos, puede ser indicativo de otros problemas, como ansiedad o falta de motivación.
Corolario
¿Recuerdan cuando a los altos cargos se llegaba solo vía mérito, conocimiento, voluntad de servicio y capacidad? Eso salvaba vidas, sátrapa Sánchez, eso salvaba vidas. ¿Se lo repito, tirano felón? Usted ha tirado a nuestra patria al albañal y ahí no se puede hacer el remolón: en hablarydecir le deseamos un juicio justo. A sus bandas también, la de periodistas incluida.