Los miserables

enero 6, 2025

Exordio

No, quien crea que vamos a referirnos a la obra, extraordinaria, de Víctor Hugo, a Los miserables, puede ir abandonando esta página de hablarydecir. Pero no lo hacemos porque creemos que este no es el lugar para hablar de obras totalmente consagradas y conocidas por el gran público (creo, con perdón).

Aquí y ahora vamos a referirnos a otros miserables que conviven entren nosotros y que son políticos (sin escrúpulos), periodistas (arribistas), famosos (oportunistas), intelectuales (de pacotilla) u otros seres de idéntica calaña moral.

Miserable. Etimología

La palabra miserable tiene sus raíces en el latín miserabilis, que significa digno de lástima, miserable, lamentable. Esta palabra latina proviene del verbo miserari (tener piedad, lamentar) y del adjetivo miser (desdichado), con una raíz que indica desgracia e infelicidad.

Significados según la RAE

Cinco acepciones señala el diccionario oficial de la RAE:

  • Ruin o canalla. Sinónimos: canalla, ruin, despreciable, perverso, abyecto, desgraciado y vil. Antónimos: noble y honrado.
  • Extremadamente tacaño. Sinónimos: tacaño, mísero, avaricioso, avariento, avaro, cicatero, mezquino, ruin y roñoso. Antónimos: generoso y espléndido.
  • Extremadamente pobre. Sinónimos: pobre, indigente, necesitado, menesteroso y pelado. Antónimos: rico, acaudalado.
  • Dicho de una cosa: Insignificante o sin importancia.
  • Desdichado, abatido o infeliz. Sinónimos: desdichado, desgraciado, infeliz y mísero. Antónimos: dichoso y afortunado.

Así pues, se define miserable con una rica variedad de acepciones que van desde la estrechez económica hasta la condición moral. Abarca conceptos como pobreza extrema, tacañería, debilidad, desgracia, suciedad e incluso puede referirse a una cantidad insignificante en lenguaje coloquial.

Obviamente nos estamos refiriendo a la primera de las acepciones que cita el diccionario, la de ruin o canalla, aunque, normalmente esa suele llevar en la práctica también a la quinta, desdichado o infeliz. Y, en general, los miserables también cumplen las otras tres acepciones, aunque una de ellas solo se refiera a cosas. En fin, que esto es algo parecido a las nueve señales del hijoputa. Y, mire usted por dónde… les queda muy bien, a los miserables y a los otros, porque son lo mismo.

Miserables. Usos y connotaciones

En el uso cotidiano, el término miserable adquiere matices complejos. Puede describir a una persona perversa, despreciable, extremadamente pobre o infeliz pero también se emplea para calificar situaciones desafortunadas o para señalar a alguien con una actitud mezquina o avara.

Curiosidades lingüísticas

Vemos pues que la palabra puede referirse simultáneamente a quien sufre miseria y a quien la provoca. Su conexión etimológica con términos como misericordia revela la profundidad semántica del concepto.

En la literatura, obras como la ya citada Los miserables, de Víctor Hugo popularizan la reflexión sobre la miseria humana, tanto material como moral. El término trasciende lo meramente descriptivo para convertirse en un juicio sobre la condición humana, sus limitaciones y su potencial de sufrimiento o compasión.

Corolario. Los miserables

Ya sé que se preguntarán si estamos pensando en alguien al redactar este artículo. Claro, hay muchos (que ya saben que en español correcto abarca a muchos y a muchas, y parece mentira que haya que resaltarlo…) que se lo merecen. Por poner unos ejemplos vamos a señalar a miserables que han abierto el pico sobre la polémica de la retransmisión de las campanadas en la televisión pública española: el ministro comisionado por la única verdad (o lo que sea) Bolaños, el presidente de RTVE, el periodista sectario pagado por todos Xavier Fortes, el humorista (o lo que sea) Joaquín Reyes, el loquesea que fue ministro de algo solo un rato Máximo Huerta, el divulgador de infundios, calumnias y farsas Javier Ruiz, las comunistas exqueridas entre sí Yolanda Díaz e Irene Montero y un largo esétera, como diría la otra Montero, la de los chufletes. Lamentablemente hay muchas más. Y más lamentable es que estas gentes normalmente dirían lo contrario si el sol calentara hacia otro lado. Y lo harán pero espero que no logren sus propósitos mendaces y deleznables.

Terminamos con una pregunta de muy sencilla respuesta: ¿Es Sánchez un miserable? Pueden contestar en: hablar@hablarydecir.com o en hablarydecir@gmail.com.

No solo los de Víctor Hugo

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