El reciente debate sobre la oficialidad del catalán en la Unión Europea ha ha reavivado la discusión sobre la importancia de las lenguas minoritarias. Rufián (facinerós en catalán) defiende que el catalán se habla más que el maltés, el letón, el estonio, el danés o el sueco y se pregunta por qué no puede ser reconocido como lengua oficial europea si cuenta con diez millones de hablantes. Sin embargo, reducir el valor de una lengua a la cantidad de personas que la hablan es un planteamiento simplista y sinsentido: la relevancia de idiomas como el maltés en Europa demuestra que la diversidad lingüística se protege por su valor cultural e histórico, no solo por criterios numéricos.
Origen e historia
La lengua maltesa, conocida localmente como il-Malti, es una lengua semítica hablada por unas 420.000 personas en las islas de Malta, Gozo y Comino. Su origen se remonta al árabe siciliano, un dialecto del árabe magrebí que se habló en Sicilia y Malta entre los siglos IX y XIV. Mientras que en Sicilia el sículo-árabe desapareció hacia 1300, en Malta sobrevivió y evolucionó de manera autónoma, dando lugar al maltés actual.
A lo largo de su historia, Malta fue conquistada y ocupada por diferentes pueblos: normandos, caballeros de San Juan, franceses y británicos. Cada uno dejó su huella en la lengua, especialmente en el vocabulario, que incorpora numerosos préstamos del italiano, siciliano, inglés, francés y, en menor medida, del español y catalán. Aunque existió una teoría sobre un posible origen cartaginés o fenicio, hoy está descartada en favor de la raíz árabe.
Tiempo y lugar
El primer texto literario conocido en maltés es Il Cantilena, un poema del siglo XV y la lengua escrita se consolidó mucho más tarde, especialmente a partir del siglo XIX con el impulso de Mikiel Anton Vassalli, considerado el padre de la lengua maltesa.
El maltés es la única lengua semítica oficial de un país de la Unión Europea y la única que se escribe con alfabeto latino. Su desarrollo ha estado marcado por el aislamiento geográfico y político de Malta respecto al mundo árabe, lo que favoreció una evolución independiente y la asimilación de elementos romances y germánicos. Geográficamente, su uso está muy concentrado en el archipiélago maltés, aunque existen pequeñas comunidades de hablantes en la diáspora.
Maltés. Singularidades
La ortografía maltesa incluye caracteres especiales como ġ, ċ, ż y ħ, y el dígrafo għ, que representa sonidos heredados del árabe.
Gramaticalmente, mantiene la raíz trilítera típica de las lenguas semíticas para la formación verbal, pero ha incorporado mecanismos romances para la derivación y la flexión, especialmente en los plurales y en la conjugación de verbos de origen romance. Por ejemplo, los plurales pueden formarse tanto con sufijos semíticos como romances y las palabras de origen inglés pueden adoptar sufijos malteses, generando formas mixtas.
El vocabulario es un mosaico: aproximadamente la mitad es de origen árabe, un 30-40 % proviene del italiano y siciliano y cerca de un 20 % del inglés, con préstamos adicionales del francés y otras lenguas mediterráneas.
Usos
Históricamente, el maltés fue la lengua de la vida cotidiana y popular, mientras que el siciliano, luego el italiano y finalmente el inglés, se usaron en la administración, la cultura y la educación. Tras la independencia de Malta en 1964, el maltés y el inglés pasaron a ser lenguas oficiales y el maltés se consolidó como símbolo de identidad nacional y lengua de uso en el parlamento, la iglesia, los medios y la vida diaria.
En la actualidad, el maltés convive con el inglés, que es dominante en la educación superior y los negocios. Muchos malteses son trilingües, ya que el italiano también es ampliamente comprendido y utilizado en los medios de comunicación.
Maltés. Curiosidades
Es el único descendiente vivo de los dialectos árabes medievales de Sicilia y la península ibérica y el único idioma semítico que emplea el alfabeto latino de manera oficial. Su fonética y gramática reflejan la base árabe, pero su léxico y ortografía muestran una hibridación única en el mundo lingüístico.
Además, la lengua presenta variaciones dialectales mínimas entre Malta y Gozo, aunque hay diferencias de pronunciación y vocabulario entre pueblos. El sistema verbal conserva la raíz trilítera semítica, pero los verbos de origen romance se adaptan al sistema maltés con sufijos propios, creando formas híbridas.