Exordio
Declaro humildemente que ayer vi un telediario. Sé que esta confesión quizás me haga perder credibilidad pero, en este caso, es necesario reconocerlo. Además, me di cuenta de que solo diez minutos de telediario pueden dar mucho de sí para hacer comentarios en hablarydecir. Y lo que vamos a tratar hoy es un ejemplo.
Detuvieron a un elemento que se hace llamar El yoyas y que, por lo visto, fue concursante en una edición de Gran Hermano donde se hizo famoso por su ineducación, matonismo, machismo del más rancio estilo y otras virtudes semejantes. Pero todo eso está al margen de lo que queremos comentar, que es que este sujeto fue el que inventó o popularizó una expresión que, tras más de veinte años, sigue en boga: Eres … no, lo siguiente.
¿Es correcto decir … no, lo siguiente?
Desde un punto de vista gramatical estricto, esta expresión puede ser considerada incorrecta. Aunque en español, es común usar no para negar un adjetivo, la frase lo siguiente no sigue las reglas típicas de formación de grados de comparación en español. En lugar de no, lo siguiente, sería más apropiado usar sufijos como -ísimo para indicar un grado extremo de un adjetivo, como en cansadísimo o superlativos, como paupérrimo.
No, lo siguiente. ¿Qué aporta?
Sobre todo aporta ignorancia por no saber construir frases sencillas o pereza por no querer pensar en la forma de hacerlo, además de una pobreza expresiva alarmante. En lugar de buscar palabras más precisas o descriptivas para transmitir un grado extremo de una cualidad o defecto, el hablante recurre a una frase genérica. Y de esto resulta una comunicación menos efectiva y menos rica, sin vocabulario y sin matices ni particularidades. Desde luego, no es un ejemplo gratificante para nadie.
¿Es una expresión coloquial lógica?
La lógica de esta expresión también puede ser cuestionada. Al decir … no, lo siguiente, el hablante está intentando comunicar que algo va más allá de la descripción normal y entra en lo extraordinario. Sin embargo, lo siguiente es algo vago que no proporciona una medida clara o específica de ese grado extremo. Esto lleva a malentendidos o interpretaciones erróneas, además de al empobrecimiento léxico.
Etimología y usos
La palabra siguiente en esta expresión proviene del antiguo participio activo de seguir en latín, sequens, -entis. Sin embargo, su uso en esta frase es un desvío de su significado original y resulta confuso para los hablantes no nativos o para aquellos que están aprendiendo el idioma.
Esta expresión se puede usar en una variedad de contextos, pero su vaguedad y falta de precisión pueden hacer que sea menos útil para la comunicación efectiva. Además, su uso en la escritura formal o académica es, por supuesto, inapropiado y nada profesional.
Esa falta de precisión, el desvío de las reglas gramaticales estándar y su potencial para la comunicación ineficaz son todos factores que deben considerarse para no utilizar esta expresión.
Alternativas a …no, lo siguiente
- Uso de sufijos: En español, podemos usar sufijos como -ísimo para indicar un grado extremo de un adjetivo. Por ejemplo, en lugar de decir es inteligente, no, lo siguiente, podríamos decir es inteligentísimo.
- Los adverbios también son útiles para enfatizar una cualidad. Así, por ejemplo, es extremadamente inteligente o es increíblemente inteligente.
- Las comparaciones son una forma efectiva de transmitir un grado extremo de una cualidad. Por ejemplo, podríamos decir es más inteligente que un catedrático de física cuántica.
- Las metáforas pueden ser una forma creativa y colorida de enfatizar una cualidad. Por ejemplo, podríamos decir es tan inteligente como un zorro.
- ¿Y los sinónimos? Pues eso, sabiendo usarlos pueden transmitir un grado más extremo de una cualidad. Por ejemplo, en lugar de decir es inteligente, podríamos decir es un genio.
Corolario
Tanto la RAE como la Fundéu reconocen que el lenguaje es flexible y evoluciona con el tiempo y que las expresiones coloquiales pueden desempeñar un papel importante en ese proceso. Sin embargo, también enfatizan la importancia de la claridad y la precisión en la comunicación. O sea, que no dicen nada.
No debemos olvidar que aunque una expresión sea popular, eso no la hace correcta o apropiada en todos los contextos.
Y para terminar, ya sé que usted no ve mucho la televisión, si no, no estaría leyendo esto. Así que siga en la misma línea. El problema es que luego salimos a la calle y tenemos que escuchar (u oír) cosas como esta y otras peores.
Debemos dar ejemplo y hablar (y decir) con propiedad hasta que llegue un día que nadie nos entienda…