Exordio
Cuando comenzaba a escribir el artículo anterior sobre conticinio he citado que conocí esa palabra ojeando un diccionario. Y de ahí, se me ha originado la necesidad de comentar sobre estos dos verbos, ojear y hojear, y profundizar sobre sus diferencias y usos respectivos. Allá vamos.
Ojear y hojear. Etimología
El verbo ojear proviene del sustantivo ojo, que a su vez deriva del latín oculus. También tiene una segunda significación que se refiere a ahuyentar la caza, que es una voz onomatopéyica del grito ¡osh! que dan los cazadores.
El diccionario de la RAE señala cuatro acepciones: mirar a alguna parte; aojar, hacer mal de ojo; lanzar ojeadas a algo y, la que nos interesa ahora, mirar superficialmente un texto.
Por otro lado, hojear deriva de la palabra hoja y esta del latín folium. El sufijo -ear se añade para formar un verbo a partir de un sustantivo.
Y ¿qué significa? Otras cuatro acepciones: mover o pasar ligeramente las hojas de un libro o de un cuaderno; pasar las hojas de un libro, leyendo deprisa algunos pasajes; dicho de un metal: tener hoja y dicho de las hojas de un árbol: moverse o menearse.
Conclusiones
Siendo ojear y hojear palabras homófonas, es decir que sonando igual, sus significados y usos son diferentes, es preciso ver bien en qué se distinguen.
Sin embargo, a la hora de hacer esa delimitación, nos surge un nuevo problema, ya que en algunos contextos, es admisible el uso de cualquiera de los verbos. Por ejemplo, podemos decir estoy ojeando el libro o estoy hojeando el libro y en los dos casos es correcto. En el primero, nos referimos a mirar el libro por encima. Pero en la segunda frase hablamos de pasar las páginas rápidamente sin leerlas en profundidad.
La diferencia real entre ojear y hojear está en la acción del sustantivo. Así, si lo que importa es lo que se ve, será ojear. En cambio, si lo que importa en la frase es el mero hecho de pasar hojas, será hojear.
Además, en el mundo actual de publicaciones digitales, se van reduciendo las posibilidades de emplear el verbo hojear. Es imposible cuando hablamos de páginas web porque estas se presentan como un continuo por el que vamos descendiendo (son la versión digital de los antiguos rollos de papiro). En cambio, sí podríamos hablar de hojear con un libro electrónico que imite la experiencia de pasar páginas propia de los libros impresos.