Exordio
Recuerdo una pregunta que, en su día, me descolocó. En una clase de corrección ortotipográfica que impartía en Valencia una alumna me planteó cuántas palabras había en español. A raíz de entonces investigué algo sobre el asunto y saqué algunas conclusiones que vamos a publicar a continuación en estas curiosidades de nuestra lengua.
Pero antes debo hacer alguna precisión: el número real y exacto no se sabrá jamás. Lo que sí pueden contarse es el número total de palabras que figuran en el diccionario pero en ese caso ¿omitimos los derivados que no figuran y son tan legítimos y correctos como su raíz? A modo de ejemplo con un término utilizado anteriormente: ortotipografía está presente en el diccionario pero ortotipográfico, no.
El diccionario oficial es la máxima referencia, claro, pero el que haya términos que no estén no es título suficiente para descalificarlos. El idioma es un ente vivo y en constante evolución y hay dialectos y variantes regionales con palabras y expresiones que se usan en la vida cotidiana que no están incluidas en el diccionario de la RAE. Por lo tanto, aunque el diccionario de la RAE es un excelente recurso, no es definitivo ni exhaustivo.
¿Cuántas palabras hay?
El español, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, tiene registradas cerca de 100.000 palabras. Este dato puede fluctuar dependiendo de la referencia consultada y la inclusión o exclusión de alguna clase de términos de los que hemos hablado anteriormente. En mi opinión, el número total real oscila entre 115.000 y 120.000, pero es este un dato, como hemos dicho, indemostrable, tanto para afirmarlo como para negarlo.
¿Y cuántas palabras utilizamos?
El español es uno de los idiomas más ricos y complejos del mundo y ofrece una vasta cantidad de palabras a sus hablantes. Sin embargo, a pesar de este potencial léxico, la mayoría de las personas solo utilizan una fracción de todas las palabras disponibles en el diccionario en su vida cotidiana. De hecho, según varios estudios, el número promedio de palabras que los hablantes de español utilizan se sitúa entre 2.500 y 5.000, lo que representa apenas un 5 a un 10 por ciento del total de palabras que comprende el idioma. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo podemos expandir nuestro vocabulario y enriquecer nuestra comunicación?
Podemos hacer una clasificación, algo artificial, de categoría de hablantes del español. Vamos a desglosarlas:
- Hispanohablante culto. Estos individuos poseen un nivel educativo más avanzado y su vocabulario refleja una mayor diversidad y precisión. Una persona culta e informada utiliza diariamente alrededor de 700 palabras.
- Hispanohablante medio: En su vida cotidiana, un hablante de español promedio utiliza aproximadamente entre 250 y 400 palabras para sus situaciones comunicativas reales. Estas palabras son las necesarias para expresar conceptos básicos y llevar a cabo conversaciones cotidianas.
- Hispanohablante con menor formación. Estas personas pueden utilizar un vocabulario aún más reducido en su día a día, alrededor de 100 palabras.
Generalizando: en su vida cotidiana, un hablante de español utiliza diariamente alrededor de 300 palabras para sus situaciones comunicativas reales. Sin embargo, si consideramos a personas más cultas e informadas, el uso de términos del lenguaje podría extenderse a unas 700 palabras. Por otro lado, un escritor o periodista emplea alrededor de 3.000 palabras en su trabajo. Es interesante notar que Cervantes, utilizó 8.000 palabras diferentes en el Quijote.
¿Para qué sirven estos datos?
Iba a poner que, en realidad, para nada, pero no es así. Un idioma en el que sus hablantes autolimitan su propio vocabulario es un idioma que, no es que pierda riqueza sino que comienza a ser básico.
El aprendizaje del idioma materno (no, los hombres no nos enfadamos porque se diga materno, no) se cimenta en dos pilares: el inicial en la familia y el consecutivo en el centro escolar. El conocimiento y la voluntad de los padres (aquí no deben enfadarse las madres) no se puede aumentar ni disminuir, es el que es en cada caso. Sin embargo, en la guardería y en la escuela, los maestros son responsables y deberían tener la mayor exigencia de la administración para enseñar correctamente el idioma, con sus matices y peculiaridades desde el inicio.
Por lo tanto, estos datos sirven para saber que hay que mejorarlos sustancialmente pero, en la realdad creo que vamos circulando en sentido contrario. En plan yendo a peor.