Es curioso, aunque no novedoso, cómo algunas palabras van cambiando de significado dependiendo del uso que se les da, normalmente por las élites (políticas o periodísticas, fundamentalmente). Hay un ejemplo, del que ya nos ocupamos en su día, que es el de la palabra nimio, y hoy vamos a hablar de radical (proveniente del latín tardío radicālis y este derivado del latín radix, –īcis raíz).
Significado
Para el análisis vamos a ver primero la definición de la RAE:
Perteneciente o relativo a la raíz.
Fundamental o esencial.
Total o completo.
Partidario de reformas extremas.
Extremoso, tajante, intransigente.
Además, hay otras acepciones relacionadas con botánica, gramática, matemática y química, que obviamos por no tener relación con lo nuclear de este comentario.
¿Por qué en el lenguaje actual se invalidan en la práctica las cuatro primeras acepciones y solo se entienda conforme a la quinta? ¿Por qué radical tiene una clara connotación negativa en el lenguaje de la calle? Muy sencillo: se debe a lo radical de ciertos objetivos.
En el contexto político, el término radical comenzó a usarse para describir a aquellos que buscaban reformas profundas y fundamentales en la sociedad, a menudo con el objetivo de cambiar las estructuras de poder existentes.
Este uso se popularizó en el siglo XVIII, durante la época de los movimientos liberales y revolucionarios en Europa.
El sentido de radical como algo extremo o que busca un cambio desde las raíces se consolidó en el siglo XIX, especialmente en el contexto de los movimientos políticos que buscaban reformas democráticas y sociales.
El radicalismo debe interpretarse como la adopción de medidas o ideas que buscan cambios profundos y fundamentales en la sociedad. No implica extremismo o violencia, sino una transformación significativa en las estructuras y normas establecidas.
Así, el significado de radical ha evolucionado a lo largo de los siglos, pero siempre manteniendo esa conexión con la idea de ir a la raíz de las cosas, ya sea en sentido literal o figurado. Más que nada, porque en la vida, las cosas solo se solucionan yendo a la raíz del problema y no vagando por lo accesorio.
La clave es una pregunta: ¿por qué? Mientras no nos la planteemos, jamás llegaremos a una solución sostenible.
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